domingo, noviembre 16, 2003

Las alas ardientes descienden,
al prado de roca y semillas de hueso,
los corazones tiemblan en noche,
el hada llora,
el hombre gime,
el fantasma calla,
mientras que Sancho Panza,
no se da cuenta de nada.

Dos filos espada,
Gram y Excalibur,
apuntan al cielo escamado;
de fuego uno,
en semidiós de luna amarga,
de leyenda otro,
en un rey ya vagabundo.

Eternos guerreros de sangre y estrellas son,
muerto aquél en la guerra de su vida,
vagando éste por siglos innumerables y silentes,
juntos en batalla con el fuego celestial,
que se aproxima en sordo resplandor,
a velocidad pesadilla recordando a Céfiro.

La muerte se acerca y nubla y brama,
los llantos aumentan y los gritos estallan,
todo es oscuridad y fuego sin luz,
y Sancho Panza que ya lo ha visto,
también grita y se desmaya.

La esperanza se pierde en las ciénagas de muertos,
a la par que el fuego abrazar quiere a las almas en cristal,
el vagabundo rey levanta grito entonces,
en una lengua olvidada en desiertos o tal vez mares o montañas,
los sepulcros de polvo como casas de piedra se abren,
un torrente de luz fría se eleva al cielo,
las almas de los muertos se elevan,
gimiendo y cantando.

La muerte se eleva hasta el dragón negro,
en un flujo de cantos y ojos descarnados,
entre manos frías de la laguna Estigia,
que arañan, que jalan, que despedazan,
furiosas por estar malditas y olvidadas,
por no poder besar las aguas de Leto.

La luz se desvanece,
La bestia de fauces encendidas ya no existe,
Desgarrada o devorada,
conducida al reino de la muerte de los olvidados y malditos,
de los que nunca cruzaran la estigia, ni alcanzaran salvación o nirvana.

Así, comienza.

viernes, noviembre 14, 2003

Mientras Aquiles corría como un loco hacia el monstruo, sentí lastima por éste: era tan feo y tan tonto y ahora iba a morir sin saber que estaba pasando. Era obvio que se trataba de simple carne de cañón. Cuando la pequeña hada gritó para detenerlo, ya me había lanzado en persecución del violento semidiós. Apenas llegué a tiempo junto a él para detener su golpe utilizando mi propia arma: la llamada Excalibur. Sé que probablemente no crean que un tipo como yo tenga en su posesión un arma legendaria como ésta, pero así es: la obtuve luego de salir un tiempo con la Dama del Lago, de la cual no quiero hablar mal, pero he de advertirles, por si alguno de ustedes desea cortejarla, que es tremendamente posesiva. Esa fue la razón por la que la abandoné, aunque me llevé esta espada como recuerdo. Después de todo no creo que la extrañe, no es tan magnífica como todos dicen.

Pues bien, mientras detenía al hijo de Tetis, noté en el cielo una enorme figura que se acercaba a nosotros. Su aspecto de reptil, sus alas escamadas y el humo que salía de su boca no dejaban duda: se trataba de un dragón. Uno grande debo agregar. ¿Acaso no te das cuenta que el verdadero enemigo viene de los cielos? Dije entonces a Aquiles para hacerlo desistir en su intento de partir en dos al ser que se hallaba tras de mí. El semidiós miró hacia arriba, hacia un cielo sin luna ni estrellas. Observó un momento a la bestia alada y bajó su espada, expectante. Había olvidado por completo al ser lobuno. Éste por su parte nos miraba aún sin comprender que ocurría. Momentos después había echado a correr, huyendo a gran velocidad del cementerio. Probablemente sentía como la muerte se acercaba a aquél lugar. Tenía razón. Entonces Sonreí.

jueves, noviembre 13, 2003

Avanzaron junto a la luz de la espada de llamas, crrrrrrrrrr. Se dirigían a la sombra bramante. Era un ser extraño, tan alto como dos hombres, parecido a un lobo pero también a un oso. Sin embargo no parecía una amenaza para el divino Aquiles, ni mucho menos para ti, el de los profundos ojos. El hijo de diosa no lo creyó así y cuando lo divisó se lanzó contra él en una carrera de sangre. Levantó su espada flamígera, mientras tú, la de las bellas alas gritabas para que se detuviera. No te escuchó. Sus pies volaban raudos en el lecho de huesos, la espada resplandecía aún más a medida que se acercaba a la bestia. Un poderoso, golpe, como un trueno en el mar, se dirigió a la cabeza del que aún gruñía débilmente. Se produjo entonces un ruido seco, metálico. El arma del semidiós había sido detenida por otra espada. Su empuñadura la sostenías firmemente tú, hombre barbudo. ¿Acaso no te das cuenta que el verdadero enemigo viene de los cielos? Dijiste simplemente.

lunes, noviembre 10, 2003

Los gruñidos seguían y entonces el joven de la espada de fuego empezó a avanzar y el héroe lo siguió y yo no me quise quedar sola porque el hombre extraño que había venido en el escarabajo me daba miedo y por eso mejor fui al lugar donde gruñía algo pero muy cerca del héroe para que me protegiera por cualquier cosa y es que una nunca sabe que puede pasar y mientras avanzábamos el joven y el héroe barbado parecían muy decididos y recordé esas historias que cuentan las hadas mayores cuando los valientes abundaban en la tierra y no sólo habitaban en mi isla y entonces mientras seguíamos caminando pude ver a un ser muy alto y peludo con una cara muy chistosa parecía un lobito y ya no tuve miedo porque era muy chistoso y aunque gruñía y gruñía se veía muy tierno y pensé que a lo mejor podíamos ser amigos pero entonces el joven atractivo hecho a correr con un grito levantando la espada en dirección al monstruo simpático y este comenzó a temblar de pies a cabeza porque el pobre se asustó mucho y tuve miedo que el joven lo fuera a lastimar y grité para que se detuviera pero no me hizo caso porque corrió más rápido

jueves, noviembre 06, 2003

El cementerio se cubrió de sombras y alguna criatura empezó a gruñir. Me sentí aburrido. Aquiles encendió entonces su espada. Probablemente deseaba presumirla. Siempre ha sido así; le gustaba presumir con ser hijo de una diosa y demás. Empezó a avanzar al lugar de donde provenían los ruidos. Lo seguí para ver que ocurría y la pequeña hada me acompañó. Bañados en el brillo de fuego del arma del Semidiós, llegamos pronto a donde se encontraba la bestia ruidosa. Era bastante alta, pero lejos de asustar causaba lastima: tenía una cara de tonto que denotaba que no era de lo mejor de la armada del mal. Probablemente había sido enviada desde la isla mágica para molestarme o más bien molestar al elegido.

Así es, yo no tengo nada que ver con el elegido que buscaba la pequeña hada. De hecho, el hombre joven que lancé por el muelle era él precisamente; un humano nacido exactamente bajo la conjunción de la constelación de Leo y los planetas Marte y Mercurio. Sin embargo nacer con estos augurios no asegura una gran habilidad o una especial destreza. El joven tenía la misma posibilidad de sobrevivir a esta aventura como el cobarde Euristeo de vencer a Hércules en un combate mano a mano. Ese es el problema con las profecías: escogen prácticamente al azar a quienes habrán de cumplirlas. Lo anterior conlleva, he de decir, a que sólo se cumplan en los cuentos y las fábulas. El destino es caprichoso, por lo que es menester ignorarlo. Sólo nuestras propias decisiones, tomadas con plena conciencia, pueden impactar realmente al mundo y su devenir.

No se trata, por supuesto, que no crea en la ayuda divina. Desgraciadamente los hados se quedaron ciegos hace tiempo y no saben ya lo que hacen. Hacer regresar a Aquiles es un ejemplo claro de esto. ¿Qué tenía que hacer aquí un hombre muerto hace siglos que por añadidura sólo disfrutaba cortando cosas a diestra y siniestra, sin pensar demasiado en las consecuencias de sus actos? Hubiera preferido la ayuda de tipos más astutos como Ulises o el prudente Néstor; incluso Orfeo me hubiera sido grato pues hubiera alegrado con su música mi camino. En su lugar, del reino del Hades me mandan a un anacronismo que probablemente aún cree que la gloria se logra únicamente por la espada y que es divertido arrastrar a toda velocidad un cadáver atado a un carro por una ciudad sitiada.

miércoles, noviembre 05, 2003

Mi confusión creció hasta convertirse en oscuridad. Zaratustra o el joven, ¿Quién decía la verdad? Tan pensativo estaba que no noté la llegada de la muerte cadenciosa, el rugir de la solitaria sombra lejana. Entonces la espada sagrada se iluminó. El joven avanzó decidido y temí por la vida del maestro. Pero el de cabellos de sol se alejó de él y de todos nosotros. Seguido por el vagabundo vibrante y la pequeña hija del bosque se adentró en las tinieblas, que de mi mente parecían haber pasado a cubrir al mundo entero. Seguí la espada, como barco que sigue la luz de un faro en la tempestad mortuoria. Entonces, bajo su luz, logré distinguir una figura enorme. Una sombra, tan grande como dos hombres, apareció ante ellos. De su cuerpo surgía un gruñido espeso, terrible.

Al principio sentí un pavor soporífero. Algún ser salido de mis más terribles pesadillas se encontraba allí. Sentí como la fuerza me abandonaba lenta y medrosa. Pero los que a él se dirigían no dieron señales de miedo. Continuaron avanzando. Seguros. Magníficos como héroes de leyendas ya olvidadas. Olvidé entonces a Zaratustra y lo que me había dicho. Comprendí porque el vagabundo había reído antes. Reí también. A pesar del peligro en el que parecía encontrarme. La risa se desbordó de mi boca y cubrió las piedras invisibles. Por impulso volteé a ver al maestro hijo de filósofo. Había desaparecido sin dejar rastro. En su lugar se encontraba, para mi sorpresa, nada menos que Sancho Panza.

martes, noviembre 04, 2003

Grrrrrrrrrrrrr, grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, continuar no poder y guardar silencio. Garganta reseca por rugir y rugir. Tener hambre, pensar en comer humanitos chistosos. Todos sabrosos y nutritivos. Yo siervo de la oscuridad. Ser monstruo grande, fuerte. Muy inteligente, poder hablar, no como parientes imbéciles. Yo dirigirme cubierto por las sombras a donde todos estar. Verse muy ricos. Yo muy seguro pero entonces gran luz aparece. Sentir miedo, más al ver la cara de tipo con pelambre en la cara. Otro tener espada fulgurante. Ya no ganas de comer, algo no bien. La luz brillar muy fuerte, más y más grande. Entonces humanito de la espada gritar. Un humanito gritón que venir corriendo en mi dirección, el hombre pelambre no ruido pero viene también con hada molesta y tonta. Yo gruñir otra vez, corazones se llenaran de miedo, siempre así. Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr. No existir miedo en ellos, hombres continuar hacia acá, la espada brillar como llamas de pantano. Desear mi casa, dulce, dulce pantano…

viernes, octubre 31, 2003

Entonces sentí un viento frío y mucho miedo y me dieron ganas de llorar porque sentí muy claro como la oscuridad llegaba a nosotros porque quería lastimarnos y a lo mejor comernos o que sé yo con la oscuridad nunca se puede saber de tan malvada que es y entonces la luna desapareció del cielo y las estrellas tan bonitas también y nos quedamos en la oscuridad y me puse a temblar mucho porque no podía ver nada y había aullidos en el aire y cuando iba a empezar a llorar una lucecita apareció frente a mí y fue creciendo y creciendo hasta que pude ver que se trataba de una espada que sostenía el atractivo joven Aquiles y entonces ya no tuve tanto miedo porque incluso en Kerea hemos oído de sus hazañas aunque yo creía que se había ido al mundo de la felicidad donde todos viven siempre bailando la danza de las luces y tomando mucho Cempa pero al parecer estaba equivocada porque aquí estaba y venía a ayudarme a mí y al héroe y entonces miré al Héroe y un fuego brillaba en sus ojos porque seguramente esta pensando en tener una gran batalla épica con la oscuridad que se acercaba y entonces sonreí porque por fin vería pelear al gran héroe de la leyenda

miércoles, octubre 29, 2003

El divino Aquiles continuó avanzando hacía ustedes, clap, clap, sus sandalias resonando en las piedras vivas de mi hogar de huesos. Lo miré más a fondo: era él sin duda, un hombre al que nunca había visto y sin embargo conocía. Ustedes aún no lo saben pero la muerte abre los velos del tiempo y la eternidad; aquellos que hemos abandonado los templos de carne nos conocemos todos, hijos ya del mundo que será. El hijo de Tetis siguió caminando y se detuvo frente a ti, hombre barbudo, observando aún al hombre antiguo. “No escuches sus palabras descendiente de héroes” te dijo. El hombre antiguo por su parte permanecía en silencio, observando atentamente la escena que se desarrollaba ante él. Fue entonces cuando lo oí. Grrrrrrrrr graaaaa gruuuu ssss un gruñido seco, casi desértico, resonó en la noche. La sombra había llegado hasta nosotros.

lunes, octubre 27, 2003

He decidido intervenir en esta historia. Después de todo se trata de mi vida. Déjenme presentarme: Mi nombre es John Stevenson III. Hasta el momento todo lo que han sabido de mí, lo han leído por la pluma de mi tonto biógrafo, Guglielmo. Así es, se trata de aquél pequeño hombrecito calvo que se oculta tras esas tumbas, pluma y papel en mano; si han sido observadores habrán podido verlo a lo largo de esta historia, siempre oculto en algún rincón oscuro. El problema radica en que Guglielmo es un hombre de poco entendimiento, un necio completo: Insiste en predecir cuales son mis pensamientos y deseos basándose simplemente en suposiciones que relaciona con mis acciones.

Pues bien no perdamos más el tiempo con él, pues es menester aclarar ciertos aspectos de mi persona. En primer lugar nunca bebo alcohol, esto lo ha inventado el insensato basándose en la típica imagen de los piratas. En segundo lugar al contrario de las narraciones que Guglielmo les ha participado, no pensaba que toda la situación en la que me encontraba era sólo un sueño; después de todo uno debe ser un verdadero orate para confundir la realidad con el nebuloso mundo de las ensoñaciones nocturnas. Habrán ahora surgido muchas preguntas en su interior: si sabía que no era un sueño, mis deseos de hacer aparecer nativas sensuales, de hacer crecer al hada para pasar un buen rato, la razón de mi risa ante la llegada de Zaratustra, probablemente no eran verdad, sino un simple invento de Guglielmo. Tienen razón en esto.

Querrán saber entonces que es lo que pensaba en esos momentos, las razones de mis acciones y palabras. Sin embargo no pienso decírselos, estén seguros que todo ello no es tan importante como se lo imaginan y se decepcionarían si se los revelara. Prosigamos mejor con la historia que nos ocupa, pues de ahora en adelante, seré yo y no el tonto Guglielmo, quien les narrará los eventos que se sucedían a mi alrededor. En lo que respecta a mi biógrafo, puede hacer lo que le plazca, estoy seguro que habrá más de un tonto que acepte entusiasmado a un hombre que haga el recuento de su vida, sin saber que éste lo convertirá para la posteridad en un ebrio, un estúpido o quizá algo peor.

sábado, octubre 25, 2003

Continué mirando al hombre barbudo. Sonrió entonces. Una extraña fuerza se escondía en él. Tuve miedo. Tuve también esperanza. Entonces la plata cortó el aire. “Aléjate de ellos, hijo de la mentira”. Las palabras resonaron en mi mente. Eternas. Venidas de los cielos subterráneos. Olía a rosas, helechos y fuego. Olía a valor de sangre y a ojos refulgentes. Miré a un joven de cabellos ardientes, quemantes, abrasadores. Miraba al maestro con rabia oculta en sus ojos. La duda nació entonces en mí. El maestro fue entonces sólo Zaratustra. Zaratustra era un hombre. El joven parecía un dios. ¿Acaso no me había sido dicho que Dios había muerto? Temblé entonces sin saber que hacer. Mis piernas se volvieron lechosas y suaves. Todo pareció comenzar a girar. La confusión crecía como una bestia iridiscente.

viernes, octubre 24, 2003

Entonces mientras reíamos felices llegó otro hombre con nosotros y estaba vestido todo de negro y era muy blanco y pensé que tal vez era uno de esos fantasmas llorones que rondan los campos de muertos de vez en vez pero el héroe lo miró un momento con gran valor y el hombre fantasma se detuvo en seco al sentir el gran poder y la gran valentía del héroe y entonces mientras el héroe lo observaba se escuchó una voz muy bonita llena de plata como la de todos aquellos grandes guerreros que habitaban en Kerea y yo me puse a recordar los valles y los bosques y las montañas que hay allí y me sentí muy feliz tan feliz que no puse atención a lo que decía la voz pero yo creo que saludaba al héroe y a sus amigos y entonces apareció ante nosotros un joven que parecía uno de esos dioses que he visto en estatuas que están en los diferentes pueblos de gente buena de mi isla y me sentí muy alegre porque no me cabía duda que un dios había bajado de los cielos para ayudarnos contra la oscuridad y entonces en el viento de la noche escuche un nombre que comenzaron a cantar los espíritus de la tierra todos y los espíritus decían con sus dulces voces Aquiles y Aquiles era quien caminaba entre nosotros

jueves, octubre 23, 2003

La comedia continuó. Luego de que John comenzara a reír, la pequeña mujer hizo lo propio. Un nuevo bufón entró en escena en ese momento. Se trataba de un hombre extraño, pálido, vestido de negro y con un raro sombrero. Sus botas causaban un profundo eco en todo el lugar. Cuando se acercó lo suficiente, el “loco” lo miró unos segundos con interés. Se encontraba sorprendido de que en sus sueños se ocultaran tan peculiares personajes. Al sentirse observado el hombre aquél se detuvo en seco. El pirata se sonrió al darse cuenta que aún conservaba algo de esa personalidad que lo había convertido en un arrojado bucanero. Sin embargo casi al momento reflexionó que al no ser aquello más que un sueño, lo anterior no eran más que recuerdos extintos de sus pasadas glorias. Una clara voz interrumpió entonces los pensamientos del filibustero: “Aléjate de ellos, hijo de la mentira” dijo ésta y las palabras resonaron en John como una campana plateada en un día de primavera. Cerca de él, salido de sabía Dios donde, se encontraba un hombre joven, de cabellos dorados y figura clásica. Miraba al hombre antiguo con un semblante de pocos amigos.

martes, octubre 21, 2003

Entonces el cielo comenzó a hacer ruido y me asusté mucho porque creí que la oscuridad nos había encontrado pero era mentira porque cuando volteé había en la luna un animal muy bonito de muchas patas que volaba feliz y arriba de él había un señor extraño que se nos acercó rápido y cuando estuvo cerca se bajó despacio y dijo muy serio que nos quería hablar de superhombre y entonces el héroe se comenzó a reír muy fuerte y alegre porque seguro superhombre era amigo suyo y le había dado alegría recordarlo y es que todo los héroes siempre son grandes amigos porque pelean juntos en batallas legendarias y luego se divierten recordando sus hazañas en fiestas de héroes o al menos yo me lo imagino así porque nunca me han invitado a una pero a pesar de esto me dio mucha alegría que el hombre raro le viniera a hablar al héroe barbudo de su viejo amigo superhombre del que he oído que puede volar pero no como yo porque él no usa alas sino un bonito trapo rojo que seguro es mágico y además puede lanzar rayos de los ojos y dicen que es tan fuerte como uno de esos gigantes de los bosques azules y entonces me reí también muy feliz por el héroe que recordaba a su buen amigo

viernes, octubre 17, 2003

El hombre antiguo se acercó a ustedes, proveniente de un escarabajo ssssssssssssss. “Quiero hablaros del superhombre” fueron sus palabras y ante ellas comenzaron a reír. No entendí que les divertía tanto de aquél hombre pero reí también. Mi risa se extendió por el lugar como el flujo secreto de un lago hacía mucho olvidado. Nadie me escuchó pues permanecía aún en las nieblas de la vida y la muerte. Toc toc toc unos pasos me distrajeron entonces: un hombre se acercaba a paso veloz al lugar donde se encontraban ustedes. Parecía molesto pero al mirar tus ojos, hombre barbudo, se detuvo en seco. Yo también los miré. Había una cualidad, una esencia inexplicable y desbordada que surgía de ellos.

Un sonido me distrajo entonces, Crak crok crrrr. La puerta del Hades se abrió ante mis ojos, a unos pasos de la tumba del soldado sin nombre. Creí que había llegado el momento de partir. Me equivocaba. La puerta no era una ida sino un regreso. En el umbral apareció una figura tiempo atrás soñada, un héroe de lunas ya extintas. El divino Aquiles volvió a caminar en el mundo de carne. Surgiendo de la muerte, el hijo de Tetis se dirigió con paso decidido a donde se encontraban ustedes. Olía a campos elíseos, a flores olvidadas y cielos que brillaban bajo tierra. “Aléjate de ellos, hijo de la mentira” dijo entonces con su argenta voz mirando terriblemente al hombre antiguo.

miércoles, octubre 15, 2003

Tras unos momentos de meditación, el “loco” decidió por fin preguntar a la pequeña mujer si podía crecer ya que, después de todo, los sueños suelen ser caprichosos y es necesario seguirles en parte la corriente. Así lo hizo, pero para su desgracia, la respuesta de aquélla fue interrumpida por un fuerte zumbido en el cielo. John miró hacia arriba, al lugar de donde provenía y se encontró con la silueta oscura de un hombre montado sobre un bulto, cruzando la luna llena. La figura se acercó velozmente, hasta que el bucanero fue capaz de distinguirla: Se trataba de un hombre de unos cuarenta años, tenía una barba negra y larga. En su mano había un largo bastón de madera. Todo su porte era antiguo. El bulto que montaba era en realidad un insecto, un escarabajo a juicio del pirata.

John apretó los dientes, furioso. Al parecer sus sueños se negaban rotundamente a seguir sus deseos y a juzgar por este nuevo personaje, harían cualquier cosa para impedir que se divirtiera. Aguardó en silencio, al tiempo que el hombre y su insecto se acercaban más y más. Pronto el escarabajo tocó suelo, a una corta distancia de donde se encontraba el filibustero y su acompañante voladora. El hombre antiguo bajó entonces con lentitud de su montura y con esta misma calma se encaminó con solemnidad hacía el “loco”. Cuando estuvo a un par de pasos del corsario, quebró el silencio del cementerio con su voz grave y profunda: “Quiero hablaros del superhombre” dijo. John no pudo menos que reír estrepitosamente ante estas palabras. Su furia había desparecido; todo su sueño parecía un mal chiste, una comedia barata como las que tantas veces había visto en los días de fiesta del puerto.

martes, octubre 14, 2003

Llegué pronto. Al oscuro valle de muertos. Ya todos estaban allí. Había seguido al antiguo maestro. A través de valles y ríos. A través del tiempo y la muerte. Llegué pero él llegó antes. Cuando alcance las tumbas, los que allí estaban lo observaban. Bajó lentamente del escarabajo. Aún a la distancia en la que me encontraba pude oír su voz. Sus palabras fueran las mismas que me habían hecho seguirlo. “Quiero hablaros del superhombre” dijo nuevamente. Su voz resonó como un trueno en la noche ociosa… Y entonces el hombre que ante él se encontraba se rió de Zaratustra. La pequeña mujer alada hizo lo mismo. No pude evitar mi ira ante semejante insulto. Aceleré el paso, dispuesto a tomar venganza. El ruido de mis botas resonó seco y resquebrajado. El barbudo vagabundo se percató de mi presencia y me miró. Sus ojos desprendían un brillo extraño. Mi odio se esfumó con su simple mirada. Había algo raro en ellos. Un secreto a voces. Algo que aún no podía entender. Comprendí entonces por que el maestro deseaba guiarlo por el camino del superhombre.

sábado, octubre 11, 2003

Ululululu, el viejo búho continúo haciendo ruido, mientras ustedes se mostraban aún alterados por estar en aquél cementerio. Recuerdo que te sentaste en el frió piso mientras que tú continuabas volando arriba, chuchuchuchuchu. Pasó un rato sin que dijeran o hicieran nada. No sé en que pensaban pero el sonido del silencio cubrió el lugar. El tiempo transcurrió con velos de viento y de pronto, hombre barbudo quebraste el silencio con el sonido de tu vientre. Querías saber si la pequeña podía crecer por motivos que en ese momento se deslizaron fuera de mi conciencia. No sé que irías a responder tú, la de las divinas alas, pero la situación se interrumpió con algo tan inusual como su irrupción en el ruidoso campo de reposo. Recortado bajo la luna, en el cielo rodeado de flores, surgió usted, como de un sueño en el mar, un hombre antiguo, transportado en la espalda de un insecto en vuelo añejo.

viernes, octubre 10, 2003

Entonces el héroe se sentó en el suelo del lugar de muertos y cerró los ojos porque seguro a él no le dan miedo los muertos y parecía que meditaba seguramente sobre cosas heroicas de esas que sólo los valientes como él piensan y entonces se me empezó a quitar el miedo porque parecía muy tranquilo y calmado y pensé que seguramente era un héroe muy valiente y poderoso tal vez de esos que lanzan rayos por las manos como aquél que conocí la vez que volaba sobre el valle de Ahlan y que vi peleando con monstruos lanzando unas luces muy bonitas de las manos y me quede viéndolo porque eran de todos colores y parecían arcoiris y los arcoiris me gustan mucho porque siempre hay muchos duendes mágicos en ellos y son mis amigos y juntos bailamos muy felices y entonces al pensar esto se me quito el miedo y me sentí muy contenta y continué viendo al héroe barbudo que ya había abierto lo ojos y me veía pensativo porque se preguntaba si yo era tan valiente como él y podría ayudarle en su misión porque eso siempre piensan los grandes héroes con misión sobre quien les podrá ayudar a vencer al mal y por eso yo creo que comenzó a preguntarme en ese momento si yo podía crecer porque seguramente se dio cuenta que soy muy pequeña y así no puedo ayudarle mucho a combatir a la oscuridad que es muy mala y se necesita ser grande para destruirla

martes, octubre 07, 2003

Decidido a lograr sus objetivos, el “loco” se sentó en el frió suelo sepulcral. No planeaba moverse un centímetro hasta que las hermosas nativas irrumpieran en sus sueños. Cerró los ojos y comenzó a pensar con fiereza en ello. Estaba seguro que si lo deseaba lo suficiente, pronto estarían junto a él. De cuando en cuando, habría brevemente los ojos para ver si no se encontraban ya junto a él, llevándose siempre la misma decepción: la única mujer que se hallaba a su alrededor era aquel ser diminuto y volador, que revoloteaba allá arriba, temiendo sabía Dios que. Cierto era que la pequeña no estaba del todo mal, según había observado el pirata la primera vez que la viera. Sin embargo su tamaño imponía grandes limitaciones que John era incapaz de sortear… a menos tal vez, que el se encogiera o la extraña chica creciera. Esta nueva idea sacó una sonrisa al bucanero; estaba haciendo todo mal. No tenía que pensar en nativas cuando se encontraba ahí aquella mujer. Lo único que tenía que hacer era pensar que crecía para divertirse en grande con ella.

jueves, octubre 02, 2003

El hechizo se acabó y la luz se fue y aparecimos en un lugar muy feo y oscuro porque había muchas piedras frías y sentía como que olía mucho a muerto y es que a mí no me gusta nada eso de los muertos porque son muy malos y luego les gusta levantarse e ir a atacar a la gente y la gente grita que vienen los Zombis y corren asustados y luego tiene que venir un gran héroe a partirlos por la mitad con una gran espada para que se estén tranquilos porque si no lo hacen se la pasan haciendo destrozos y queriendo comerse a la gente ya que son muy maleducados y nadie les ha dicho que está mal hacer esas cosas por eso me asusté mucho cuando llegamos a ese lugar por miedo a que salieran Zombis y volé alto muy arriba de la cabeza del héroe barbudo porque él seguramente me puede proteger aunque no tenga ninguna gran espada ya que sin duda es muy valiente y espero que me proteja porque si no esos muertos despiertos me van a querer comer y eso va a ser muy feo como la vez que ese pájaro de colores me quiso comer pensando que era yo un insecto o no se que y tuvo que llegar mi amigo Soul para ayudarme o hubiera acabado en el estomago del pájaro y allí adentro me hubiera aburrido mucho porque no debe haber mucho que hacer en el estomago de un pájaro brillante

martes, septiembre 30, 2003

Entonces llegaron ustedes, swichhhhh, fassss, en un halo de luz. Los observé en silencio. Eran un par extraño: una pequeña mujer cubierta de hojas y con alas que hacían chuchuchuchuchu muy rápido y un hombre barbudo y vestido como pordiosero. Que raros me parecieron entonces. Parecían sorprendidos de estar en el cementerio, así que preferí no molestarlos más haciéndome presente. Ulu ulu hizo entonces un ave nocturna, probablemente el viejo búho del árbol muerto. Me sentía inusualmente feliz por su visita, como si los conociera de mucho tiempo atrás. He de admitir que cuando la luz apareció en el tranquilo camposanto creí que por fin había llegado mi liberación. Sin embargo su llegada probaría ser incluso mejor que esto.

lunes, septiembre 29, 2003

La extraña luz continúo aumentando hasta que John no pudo ver nada. El pirata ya se había cansado de este tonto sueño, por lo que intentó pensar en otra cosa. Tal vez, si se esforzaba lo suficiente, podría soñar con algo más de su agrado. De esta manera comenzó a rememorar con gran intensidad a las hermosas nativas que conociera en sus viajes de saqueo por los mares del sur. La brillante luz comenzó a disminuir su intensidad entonces y el “loco” sonrió torvamente, anticipando los placeres que le esperaban en esta nueva fantasía. Sin embargo y para su total decepción, se encontró con algo totalmente diferente cuando sus ojos fueron nuevamente capaces de distinguir lo que se encontraba a su alrededor.

En lugar de un grupo de hermosas mujeres desnudas, frente a él se extendía un gran cementerio bañado por la luz de la luna. Tumbas oscuras se extendían en todas direcciones, mientras que un ave que no podía ver, ululaba en la sociedad de la noche. No era ciertamente una visión agradable, especialmente considerando que se trataba de un sueño. Para el bucanero esto indicaba sólo una cosa: se encontraba ahora en una pesadilla. Esta situación, más que asustar a John, lo molestó sobremanera pues su mente seguía negándose a cumplir con sus caprichos. Un ruido encima de su cabeza lo hizo distraerse un momento; a escasa distancia arriba de él, la pequeña mujer voladora parecía sumamente asustada. El “loco” se sorprendió de que siguiera siendo parte de sus sueños. Meneó el cabeza con desaprobación, convencido de que esta vez sí se había excedido demasiado con el ron.

viernes, septiembre 26, 2003

La luz continúo aumentando porque el hechizo comenzaba a transportarnos al elegido y a mí y me pregunte a donde me llevaría la magia para ponernos a salvo de la oscuridad tal vez sería a un lindo valle lleno de unicornios o cerca del arco iris con mi amigo el duende pulgón y entonces mire al héroe legendario que se encontraba frente a mí parecía muy tranquilo como es muy valiente seguro no lo impresiona la magia que uso porque los héroes siempre son así muy calmados y siempre saben que hacer en cada situación no como yo que me asusto con cualquier cosa hasta cuando llueve me da miedo por eso siempre se burlan de mi las otras hadas pero ni me importa porque tengo muchos amigos entre las plantas y los animales pero no entiendo porque la reina me escogió a mí y no a otra más valiente aunque ya no importa ya estoy con el elegido y no tengo nada que temer y además la magia me va a llevar con mi amigo Pulgón ojalá que tenga de esos dulces tan ricos que siempre me da

miércoles, septiembre 24, 2003

En ese momento la diminuta mujer musitó unas incomprensibles palabras y una increíble luz envolvió súbitamente al “loco”, quien sin perdida de tiempo soltó una retahíla de maldiciones contra “el cofre rojo”. John se sintió entonces extraño, como si todo su cuerpo fuera ahora inmaterial. Pensó que tal vez se encontraba dentro de su acostumbrado sueño de borrachera, después de todo, éste incluía siempre cosas tan extrañas como en la que ahora se encontraba. Esa debía ser la explicación. Sin embargo todo parecía demasiado real para ser un sueño. “Seguro se debió a esa última botella de Ron”, pensó el pirata y decidió no darle mayor importancia al asunto.

martes, septiembre 23, 2003

Entonces vi al hombre era muy extraño pues tenía el cabello largo y una barba espesa y estaba totalmente sucio era muy raro y me dio miedo pero la magia me había llevado y era obvio que él era el elegido que salvaría Kerea aunque era muy diferente a los héroes que yo había conocido en la isla que tienen rostro brillantes y hermosos y ese aire de bondad que parece salir de cada poro de su cuerpo pero este no era así y además apestaba pero no importaba el era el elegido y debía llevarlo conmigo para que nos salvará a todos pero no decía nada así que no perdí tiempo porque la oscuridad tal vez me había seguido ya que era obvio que odiaba al elegido entonces recite otro hechizo para transportarnos aun lugar más seguro tal vez un bosque o una montaña escarpada no lo pensé mucho y entonces mientras la luz nos rodeaba el elegido comenzó a decir algo pero no entendí parecía no estar muy feliz con algún cofre pero yo no entendía que querían decir aquellas palabras que decia pero las decía con enfado y parecía odiar a este cofre

sábado, septiembre 20, 2003

El joven partió la superficie del agua con un gran chapoteo. John dio media vuelta y se arregló la camisa, al tiempo que se disponía a retirarse. Dada la altura del muelle, aquél tipejo no podría salir a tiempo para encontrarlo. Justo en ese momento, una gran luz rodeó al pirata, al tiempo que una pequeña mujer alada aparecía frente a él. Sorprendido por la aparición, el “loco” maldijo “el cofre rojo” y a sus bebidas de baja calidad. No era la primera vez que tenía una alucinación por su culpa. La pequeña criatura lo miró unos momentos sin decir palabra. El bucanero pensó que se trataba de la alucinación más aburrida que había tenido hasta el momento.

jueves, septiembre 18, 2003

El pirata incrementó su velocidad y comenzó a acercarse al joven, quien parecía sumido en sus pensamientos. Aprovechando esto y aparentando que tropezaba, John chocó con él. Excusándose, el “loco”, prosiguió con su camino. Cuando se creyó a una distancia segura, el bucanero extrajo de entre sus ropas una bolsa de monedas. Sonrió divertido por lo fácil que le había resultado aquél robo. Inmediatamente vació el contenido en su mano y no se decepcionó. Pensó que aquellas monedas sin duda le facilitarían buenas bebidas y quizás también algo de compañía femenina, que tanto le hacía falta.

Una voz rompió entonces las ensoñaciones de John: “¡Regréseme mi dinero, sucio ladrón! –dijo ésta. John volteó al lugar de donde provenía la voz, visiblemente ofendido, ¡Él, un gran pirata, confundido con un vulgar criminal! Alguien sin duda pagaría por semejante insulto. Se encontró cara a cara con el joven de hacía unos momentos, quien lo miraba amenazador. “Creo que ha habido un malentendido” - dijo “el loco” al tiempo que retrocedía unos pasos en dirección a la parte final del muelle, bajo la que se extendía el mar. El otro lo siguió, amenazador, “Usted debe creer que soy un tonto” –dijo. John sonrió un momento al tiempo que ambos llegaban al final del muelle. “Bueno, es que usted actúa como si lo fuera” – respondió simplemente el corsario, al tiempo que con un movimiento relampagueante de sus manos, hacía perder el equilibrio al joven, haciéndolo caer en dirección al mar.

miércoles, septiembre 17, 2003

John continúo su viaje a través de los muelles, a paso veloz. Ya vería ese “Nariz quebrada” lo que le ocurriría por engañarlo. El día comenzó a dar paso a la noche y el ambiente se tiño de tonos rojizos. El “loco” sonrió. “Justo como el cabello del capitán Blood” – se dijo a sí mismo. Un hombre joven paso entonces al lado del pirata, tenía un aire inusual, heroico pudiera haberse dicho. John sólo lo vio como una oportunidad de obtener algún dinero fácil. Comenzó a seguirlo discretamente. Mientras más lo observaba más le daba la impresión de que no se trataba de alguien común y sin embargo esto no le importaba mucho que digamos.

martes, septiembre 16, 2003

V

El Loco John mira con impaciencia a José, quien continúa escribiendo la historia de Gabriel. Kira y Gaspar, ubicados a su izquierda también parecen impacientes.

Loco John- ¡Esta historia es ridícula!, Deja de hacer perder su tiempo a José Juan, Gabriel…

Gabriel se materializa al lado de Juan, visiblemente molesto por el comentario del pirata.

Gabriel- ¡Alguien como tu jamás entenderá, la complejidad de mis historias, tonto bucanero!

Loco John- ¿A si? Te mostrare lo que puedo hacer…

EL Loco John se dirige hacia José Juan lo toca y desaparece.

Gabriel- ¡No te dejare hacer esto!

Gabriel también toca a José Juan y desaparece para seguir al pirata.

Kira- ¡Hey, es mi turno!

Kira vuela hacia José Juan y se posa en su cabeza para luego desaparecer. Gaspar suspira y se desliza hacia el escritor, toca su hombro y como los tres anteriores desaparece. El joven luego de parecer unos momentos confundido, toma una nueva hoja y recomienza su tarea.

Esta vez no coloca ningún título.

domingo, septiembre 14, 2003

Los personajes se sucedían interminables: el sabio Zaratustra, siempre hablando del superhombre, el atormentado Gregorio Samsa, convertido incomprensiblemente en escarabajo. Cada nuevo personaje que se presentaba ante mis ojos me abría un nuevo mundo, el cual nunca había sido capaz de imaginar. Así continúe leyendo hasta que no pude más. Ahora me encontraba exhausto, con los ojos doloridos, sintiendo que mi cabeza estaba a punto de estallar. Sin embargo estaba feliz. Hasta ese momento no había sido capaz de imaginar que existiera un mundo tan maravilloso como el que me habían mostrado aquellos libros. En mi mente agradecí a quien fuera que me hubiera mandado el paquete.

Entonces sucedió. De las penumbras que se encontraban en el lado opuesto de mi cuarto vino un ruido seco. Dejé de ver mis manos y miré en aquella dirección. De las sombras surgió una figura borrosa. Sin saber lo que pasaba continúe observando. La figura continúo avanzando, hasta que casi sin darme cuenta estuvo frente a mí. Era un hombre de unos cuarenta años, tenía una barba negra y larga. En su mano había un largo bastón de madera. Un escalofrío recorrió mi cuerpo antes de que él hablara: - Quiero hablaros del superhombre – dijo llanamente. Froté mis ojos con incredulidad, no podía creer que ante mi se encontraba el mismo Zaratustra.

sábado, septiembre 13, 2003

El Tiempo Transcurrido

Me encontraba solo, pensativo. El tiempo transcurría lento y preciso. La noche parecía interminable. Se extendía en instantes congelados en los que observaba mis manos. Mis ojos me ardían, como si la sangre escurriera de ellos. Sangre ilusoria por supuesto, surgida únicamente de mi propia imaginación alterada. Pensé entonces en lo acaecido esa semana. La llegada del tren, el paquete que me había entregado el viejo mensajero. Nunca había visto tantos libros como cuando lo abrí. Nietzsche, Kafka, Sartre… la sucesión parecía interminable. Un mundo nuevo fue abierto para mí entonces. Desde su llegada no había parado de leer, devorando tomo tras tomo.

viernes, septiembre 12, 2003

IV

José se detiene un momento y comienza a releer la historia que está escribiendo. Parece satisfecho, en esos momentos Gaspar se materializa a su lado y voltea a ver al lado izquierdo de la habitación con molestia.

Gaspar- O no, ¡él no!

Del lado izquierdo entra un hombre de porte arrogante, está completamente vestido de negro y usa una boina en la cabeza. Tiene también una barba de chivo y unos lentes de pequeño diámetro.

Gabriel – Saludos compañeros, veo que siguen haciendo que Gabriel pierda su tiempo con sus obsoletas historias.

Loco John (al lado de Kira y dirigiéndose a ella): Creí que este bufón se había ido de aquí…

Gabriel- ¡No creas que no escuche eso John!, pero no importa, un tipo como tu jamás comprenderá mi genio.

Gabriel se acerca a José Juan, en su camino atraviesa a Gaspar sin darle importancia, luego se coloca al lado del joven escritor y como los otros también desaparece. Juan ya con cara de fastidio por los constantes cambios, toma una hoja y empieza a escribir el nuevo cuento.

“El tiempo transcurrido” es lo primero que escribe

miércoles, septiembre 10, 2003

Sinceramente no me agradaba mucho “Anónimo”. Siempre estaba queriendo llamar la atención de los escasos visitantes del lugar. Hacia ruidos, tiraba piedras, aullaba, en fin hacia todo un teatrito. Yo en cambio permanecía silencioso, grave junto a mi tumba. Esperaba que alguien resolviera por fin el misterio que rodeó a mi muerte para poder de esta forma por fin descansar en paz. Sin embargo el tiempo transcurría y nada pasaba. Nadie parecía interesado en vengar mi muerte. Por eso me quede aquí, imposibilitado para abandonar el plano mortal, ahora completamente solo.

Ciertamente hubiera deseado que el médico brujo me exorcizará a mí, aunque debo confesar que pienso que se trataba de un fraude. Eso de lanzar huevos crudos contra las tumbas y bailar desenfrenadamente no parece ser muy útil para acabar con fantasmas. Sin embargo “Anónimo” si desapareció, aunque ahora que lo pienso debió ser la obra de esa niña. Seguramente, ahora que alguien por fin le hizo caso el tonto espectro por fin podrá gozar del descanso eterno, me pregunto si algún día yo también podré abandonar este sitio maldito, aunque mis esperanzas en ello casi han desaparecido por completo.

martes, septiembre 09, 2003

III

José Juan continúa escribiendo la historia de Kira. De pronto se detiene y deja la hoja sobre la mesa. Kira aparece sobre su cabeza y comienza a volar, parece agotada.

Kira- Uffff, si que es cansado esto de la inspiración.

Loco John- JaJaJa, sabía que no aguantarías mucho.

Gaspar (deslizándose como si flotara)- Creo que ha llegado mi turno…

Gaspar se acerca a José Juan y toca su hombro, para luego desparecer. Como en las veces anteriores el joven toma una hoja nueva y comienza a escribir.

EL titulo de la historia es esta vez “El silencio de la noche”

El silencio de la noche

Todo es silencio en este olvidado cementerio. Mientras la noche transcurre lenta y sinuosa, observo con hastío el escenario nocturno que siempre se me presenta. Hileras de tumbas se extienden inconmensurables en toda dirección, calladas y frías, sin ningún alma que las habite. Creo que soy el único que aún permanece aquí. Solía tener la compañía de un espíritu chocarrero proveniente de un sepulcro sin nombre, pero él ya se ha ido. No estoy seguro cuando ocurrió exactamente, tal vez fue cuando aquella pequeña niña dejó una flor junto a su lápida o posiblemente tuvo que ver el exorcismo realizado por ese extraño médico brujo de Chachalacán. No lo sé y a decir verdad no me importa.

domingo, septiembre 07, 2003

Kira surcaba el cielo estrellado a gran velocidad, dejando una brillante estela a su paso. Ante sus ojos sólo se extendía el caos y la destrucción. La isla entera gemía mientras la oscuridad continuaba expandiéndose. La pequeña hada podía ver como desaparecían bajo su terrible manto, bosques y castillos encantados, lagos maravillosos y montañas sagradas. El balance de Kerea había sido roto y ahora las pesadillas estaban libres para obrar a su antojo. No cabía duda que pronto devorarían no sólo la isla, sino el mundo entero.

Por esta razón, Kira no tenía tiempo que perder. La reina de las hadas le había encomendado una importante misión: encontrar en el mundo mortal a aquél capaz de retornar la paz al afligido reino. Un humano nacido exactamente bajo la conjunción de la constelación de Leo y los planetas marte y mercurio sería el único capaz de realizar tal hazaña. El hada recitó un breve encantamiento, el cual la conduciría al lugar donde se encontraba tal héroe y desapareció del cielo nocturno Kerea. Mientras tanto, la oscuridad continúo avanzando.

viernes, septiembre 05, 2003

II

Kira está observando lo que escribe José Juan con cara de desaprobación. El joven sigue concentrado en su escritura y no parece importarle en lo absoluto la opinión del hada.

Kira- Vaya que John tiene ideas ridículas está historia jamás será un éxito.

El “loco” John se materializa nuevamente al lado de José Juan.

Loco John- ¿Tienes algún problema con mi historia Kira?, tal ves deberías de ser tú la que ayude a José.

Kira (volando a la cabeza de Juan)- Eso es exactamente lo que pienso hacer…

Kira se posa en la cabeza de José Juan y desaparece, éste deja de escribir la historia de John, toma una nueva hoja y escribe un nuevo título

Vientos de Kerea es el título.

VIENTOS DE KEREA

La isla de Kerea es sólo un ensueño para los hombres, el lugar donde confluye todo lo fantástico. Ubicada más allá del horizonte, sólo puede ser alcanzada por los humanos cuando durmiendo apaciblemente, son transportados a este reino eterno poblado de unicornios, hadas, duendes, pegasos y todo aquello que es mágico. Cierto es que Kerea tiene también su parte sombría: en cavernas oscuras y pozos insondables habitan criaturas terribles nacidas de las más puras pesadillas. Sin embargo el visitante no tiene nada que temer, siempre habrá valientes caballeros y héroes legendarios dispuestos a protegerlo en su marcha a través de la isla. Al menos así había sido hasta ahora…

jueves, septiembre 04, 2003

John caminaba despacio, pensativo. Si las cosas seguían como hasta ahora era seguro que nunca más volvería a navegar por el mar. El tiempo no detenía su marcha y él no se hacía más joven por lo que si no conseguía pronto un buque a bordo del cual embarcarse, su sueño de convertirse en un famoso capitán pirata jamás se cumpliría. John se detuvo un momento y contempló el mar que se extendía frente a él, el cual parecía invitarlo a unírsele. El “loco” recordó sus pasadas aventuras a bordo del “Pesadilla” el famoso barco del capitán Blood. Cierto era que el capitán siempre le había parecido demasiado sanguinario y violento, pero a pesar de ello había pasado buenos momentos en su compañía y la del resto de la tripulación.

Todo había terminado sin embargo cuando un cañonazo de la armada real voló en pedazos al capitán y a su barco. John y algunos otros habían logrado escapar de milagro. Desde entonces el “loco” John no había sido sino una sombra de sus pasadas glorias, reducido a vivir en aquella casucha del muelle sin más compañía que sus recuerdos. Sin embargo todo pareció cambiar cuando se encontró con Thomas “nariz quebrada” Smith, otro sobreviviente del “Pesadilla” quien le había informado sobre su intención de reunir una tripulación y reanudar sus viejas andanzas. Al parecer “Nariz quebrada” se había burlado de John, pues nunca llegó a la cita que ambos habían acordado, en la que supuestamente discutirían los pormenores de su nueva empresa.

martes, septiembre 02, 2003

El Viaje de John

John Stevenson se inclinó un poco en su asiento de la vieja taberna. El tiempo continuaba pasando y el “loco” John había empezado a creer que Thomas “nariz quebrada” Smith jamás llegaría. Impaciente, giraba la cabeza en todas direcciones, como si de un momento a otro, su viejo camarada pirata fuera a materializarse junto a él. Sobra decir que esto no ocurrió y rato después, John se encontró a si mismo abandonando “El cofre rojo” en dirección a su “hogar”. Al menos así le llamaba “el loco” a esa vieja casucha cerca del muelle, que para más señas era una pequeña y derruida construcción que daba la impresión de estar a punto de desplomarse.

lunes, septiembre 01, 2003

Loco John- ¡La le lu li lo!

Un hombre comienza a bajar rápidamente por la cuerda, por sus ropas sin duda se trata de un pirata, el cual usa un sombrero raído y un parche en el ojo derecho. Kira y Gaspar lo miran molestos mientras aquél llega por fin al suelo.
Loco John- ¡Vaya que ha sido un viaje largo!

Kira (volando alrededor de John)- Eres un presuntuoso John, ni siquiera tienes un barco.

Loco John (Ignorando a Kira y volteando a ver a Gaspar)- ¡Gaspar, cuanto tiempo sin verte, veo que sigues igual de delgado!

Gaspar- Siempre tan simpático John…

En ese momento el Loco John repara en José Juan y en los papeles que se encuentran en la mesa y comienza a caminar hacia él.

Loco John (colocándose al lado de Juan y dirigiéndole la palabra)- Ya me lo esperaba José, esos poemas son muyyyyy aburridos. Por eso deberías de aceptar mi ayuda…

Loco John se “funde” con José Juan quien de súbito abre los ojos como si hubiera recibido una gran inspiración. Momentos después, saca una pluma de su pantalón y comienza a escribir con premura en una hoja en blanco.

El viaje de John, reza el título.

domingo, agosto 31, 2003

En ese momento la puerta del lado derecho se abre súbitamente, un hombre joven, de unos 28 años entra apresuradamente a la habitación; viste unos pantalones de mezclilla y un suéter algo viejo de color azul, lleva en sus manos una multitud de papeles. Sin reparar en el hada y en el espectro, se dirige a la mesa y se sienta en una de las sillas dejando caer todas las hojas sobre ella, luego cierra los ojos y se queda en silencio.

Kira (dirigiéndose a Gaspar): Seguro que rechazaron sus poemas…

Gaspar: Si ya se lo decía yo, que no perdiera su tiempo con esos tontos versos y se dedicara mejor a hacer una buena historia, como debe de ser.

Kira: Pero ya ves lo terco que es, no se porque consentimos en ayudarlo.

En ese momento una cuerda cae de lo alto sorprendiendo a Kira y a Gaspar...

viernes, agosto 29, 2003

SUEÑOS

Personajes:

Kira: Un hada de los bosques

Gaspar: Un fantasma

Loco John: Un Pirata

Gabriel: Hombre

José Juan: Dueño del departamento

Josefina: Amiga de José Juan


I

Aparece la sala de un departamento ordinario, en el que puede verse una pequeña mesa cuadrada y un par de sillas. Regados por el suelo hay varios libros, empaques de comida y de bebidas. En el lado derecho del lugar se encuentra una puerta cerrada. Una extraña luz verde alumbra el lugar, dándole una apariencia inusual, irreal. De pronto uno de los empaques de comida, comienza a agitarse hasta que se voltea y en su lugar aparece una pequeña hada, de finas facciones y unas minúsculas alas, las cuales reflejan multitud de colores. El hada comienza a agitar sus alitas y comienza a elevarse en cortos círculos.

Kira: ¡Vaya con este desorden, José me va a escuchar en cuanto llegue!

De pronto la luz verde comienza a desvanecerse y en su lugar se proyecta una luz gris azulada, fría y misteriosa, un extraño quejido parece provenir de ningún lugar. La pequeña Hada se detiene con cara de fastidio.

Kira (molesta): Siempre es lo mismo contigo Gaspar, déjame decirte que ya me está cansando todo el teatro que armas cada vez que apareces.

Al lado de la mesa comienza a materializarse un hombre de unos 50 años, de piel pálida y ojos tristes y oscuros, viste unos harapos viejos y macilentos.

Gaspar- Basta, basta Kira, no tengo tiempo para tus reproches infantiles...

jueves, agosto 28, 2003

En su mundo no existía la piedad, el honor o la gloria, tan sólo el brillo de una espada y horror, horror a los muertos silentes, a la oscuridad ardiente. Sus manos estaban llenas de sangre, sangre de engendros, de monstruos abominables salidos de las más terribles pesadillas. Sin embargo, nada le importaba, pues era un hombre que lo había perdido todo, absolutamente todo.

El cazador se levantó lentamente de la cama y se vistió en silencio, la hora había llegado, la hora de combatir, de entrar a una nueva pesadilla. No sentía miedo, no sentía pesar, en sus ojos brillaba la ira, la venganza. Venganza por su esposa, por su hermano, por él mismo, por todos aquellos que la noche había arrebatado, por aquellos que nunca volverían a ver la luz de un nuevo día.

Se dirigió a la puerta y salió, a la oscuridad, al misterio. Un viento frío lo recibió, un viento cargado de un cierto olor a muerte, a sangre, a dolor. La bruma se extendía por doquier, todo estaba tenso y en silencio, era como si la noche tuviera miedo, miedo por sus hijos, por sus aberraciones. Entre la niebla y las sombras, Axel, el cazador de ánimas, seguía avanzando, con fuego en los ojos, con una espada es su mano. La cacería, había comenzado...

miércoles, agosto 27, 2003

La noche se extiende,
la muerte se acerca,
acechando entre las sombras,
deslizándose en tus sueños
reclamando tu alma . . .

EL CAZADOR

Sangre, fuego, súbita luz. Axel despertó sobresaltado, sus manos sudorosas se aferraban a las sabanas, crispadas. La muerte rondaba su lecho; se acercaba zumbando, en la oscuridad, en las tinieblas de su mente, de su alma. Repentinamente recordó, él era la muerte, él era el oscuro cazador, el ejecutor de la noche.

Desde la muerte de su esposa, desde el asesinato de su hermano, combatía a la noche, a la maldad que acecha en las penumbras. Era el cazador de ánimas, el oscuro verdugo, como lo fuera su padre y el padre de éste antes que él. Sólo él se enfrentaba a la noche y a sus demonios, a sus espectros, a sus amos. (continuara en el proximo post)

martes, agosto 26, 2003

Bienvenidos a este blog, en el que espero escribir constantemente o al menos lo más constante que pueda sobre algunas ideas que he tenido a lo largo de los años (de los más recientes al menos) y en las que nunca me he decidido a profundizar o a trabajar más allá de la simple idea. También deseo que sea un lugar de historias más o menos relajadas y experimentales, escribir de lo que se me ocurra, preocupándome más bien por jugar con los estilos o al menos tratar de hacerlo. Quiero que este blog sea como dice su nombre, un lugar donde confluyan mis sueños, mis pergaminos y ese fantasma gritón que siempre insiste en estar a mi lado, a pesar de lo mucho que le insisto en que regrese por fin a los bosques del norte.