martes, septiembre 30, 2003

Entonces llegaron ustedes, swichhhhh, fassss, en un halo de luz. Los observé en silencio. Eran un par extraño: una pequeña mujer cubierta de hojas y con alas que hacían chuchuchuchuchu muy rápido y un hombre barbudo y vestido como pordiosero. Que raros me parecieron entonces. Parecían sorprendidos de estar en el cementerio, así que preferí no molestarlos más haciéndome presente. Ulu ulu hizo entonces un ave nocturna, probablemente el viejo búho del árbol muerto. Me sentía inusualmente feliz por su visita, como si los conociera de mucho tiempo atrás. He de admitir que cuando la luz apareció en el tranquilo camposanto creí que por fin había llegado mi liberación. Sin embargo su llegada probaría ser incluso mejor que esto.

lunes, septiembre 29, 2003

La extraña luz continúo aumentando hasta que John no pudo ver nada. El pirata ya se había cansado de este tonto sueño, por lo que intentó pensar en otra cosa. Tal vez, si se esforzaba lo suficiente, podría soñar con algo más de su agrado. De esta manera comenzó a rememorar con gran intensidad a las hermosas nativas que conociera en sus viajes de saqueo por los mares del sur. La brillante luz comenzó a disminuir su intensidad entonces y el “loco” sonrió torvamente, anticipando los placeres que le esperaban en esta nueva fantasía. Sin embargo y para su total decepción, se encontró con algo totalmente diferente cuando sus ojos fueron nuevamente capaces de distinguir lo que se encontraba a su alrededor.

En lugar de un grupo de hermosas mujeres desnudas, frente a él se extendía un gran cementerio bañado por la luz de la luna. Tumbas oscuras se extendían en todas direcciones, mientras que un ave que no podía ver, ululaba en la sociedad de la noche. No era ciertamente una visión agradable, especialmente considerando que se trataba de un sueño. Para el bucanero esto indicaba sólo una cosa: se encontraba ahora en una pesadilla. Esta situación, más que asustar a John, lo molestó sobremanera pues su mente seguía negándose a cumplir con sus caprichos. Un ruido encima de su cabeza lo hizo distraerse un momento; a escasa distancia arriba de él, la pequeña mujer voladora parecía sumamente asustada. El “loco” se sorprendió de que siguiera siendo parte de sus sueños. Meneó el cabeza con desaprobación, convencido de que esta vez sí se había excedido demasiado con el ron.

viernes, septiembre 26, 2003

La luz continúo aumentando porque el hechizo comenzaba a transportarnos al elegido y a mí y me pregunte a donde me llevaría la magia para ponernos a salvo de la oscuridad tal vez sería a un lindo valle lleno de unicornios o cerca del arco iris con mi amigo el duende pulgón y entonces mire al héroe legendario que se encontraba frente a mí parecía muy tranquilo como es muy valiente seguro no lo impresiona la magia que uso porque los héroes siempre son así muy calmados y siempre saben que hacer en cada situación no como yo que me asusto con cualquier cosa hasta cuando llueve me da miedo por eso siempre se burlan de mi las otras hadas pero ni me importa porque tengo muchos amigos entre las plantas y los animales pero no entiendo porque la reina me escogió a mí y no a otra más valiente aunque ya no importa ya estoy con el elegido y no tengo nada que temer y además la magia me va a llevar con mi amigo Pulgón ojalá que tenga de esos dulces tan ricos que siempre me da

miércoles, septiembre 24, 2003

En ese momento la diminuta mujer musitó unas incomprensibles palabras y una increíble luz envolvió súbitamente al “loco”, quien sin perdida de tiempo soltó una retahíla de maldiciones contra “el cofre rojo”. John se sintió entonces extraño, como si todo su cuerpo fuera ahora inmaterial. Pensó que tal vez se encontraba dentro de su acostumbrado sueño de borrachera, después de todo, éste incluía siempre cosas tan extrañas como en la que ahora se encontraba. Esa debía ser la explicación. Sin embargo todo parecía demasiado real para ser un sueño. “Seguro se debió a esa última botella de Ron”, pensó el pirata y decidió no darle mayor importancia al asunto.

martes, septiembre 23, 2003

Entonces vi al hombre era muy extraño pues tenía el cabello largo y una barba espesa y estaba totalmente sucio era muy raro y me dio miedo pero la magia me había llevado y era obvio que él era el elegido que salvaría Kerea aunque era muy diferente a los héroes que yo había conocido en la isla que tienen rostro brillantes y hermosos y ese aire de bondad que parece salir de cada poro de su cuerpo pero este no era así y además apestaba pero no importaba el era el elegido y debía llevarlo conmigo para que nos salvará a todos pero no decía nada así que no perdí tiempo porque la oscuridad tal vez me había seguido ya que era obvio que odiaba al elegido entonces recite otro hechizo para transportarnos aun lugar más seguro tal vez un bosque o una montaña escarpada no lo pensé mucho y entonces mientras la luz nos rodeaba el elegido comenzó a decir algo pero no entendí parecía no estar muy feliz con algún cofre pero yo no entendía que querían decir aquellas palabras que decia pero las decía con enfado y parecía odiar a este cofre

sábado, septiembre 20, 2003

El joven partió la superficie del agua con un gran chapoteo. John dio media vuelta y se arregló la camisa, al tiempo que se disponía a retirarse. Dada la altura del muelle, aquél tipejo no podría salir a tiempo para encontrarlo. Justo en ese momento, una gran luz rodeó al pirata, al tiempo que una pequeña mujer alada aparecía frente a él. Sorprendido por la aparición, el “loco” maldijo “el cofre rojo” y a sus bebidas de baja calidad. No era la primera vez que tenía una alucinación por su culpa. La pequeña criatura lo miró unos momentos sin decir palabra. El bucanero pensó que se trataba de la alucinación más aburrida que había tenido hasta el momento.

jueves, septiembre 18, 2003

El pirata incrementó su velocidad y comenzó a acercarse al joven, quien parecía sumido en sus pensamientos. Aprovechando esto y aparentando que tropezaba, John chocó con él. Excusándose, el “loco”, prosiguió con su camino. Cuando se creyó a una distancia segura, el bucanero extrajo de entre sus ropas una bolsa de monedas. Sonrió divertido por lo fácil que le había resultado aquél robo. Inmediatamente vació el contenido en su mano y no se decepcionó. Pensó que aquellas monedas sin duda le facilitarían buenas bebidas y quizás también algo de compañía femenina, que tanto le hacía falta.

Una voz rompió entonces las ensoñaciones de John: “¡Regréseme mi dinero, sucio ladrón! –dijo ésta. John volteó al lugar de donde provenía la voz, visiblemente ofendido, ¡Él, un gran pirata, confundido con un vulgar criminal! Alguien sin duda pagaría por semejante insulto. Se encontró cara a cara con el joven de hacía unos momentos, quien lo miraba amenazador. “Creo que ha habido un malentendido” - dijo “el loco” al tiempo que retrocedía unos pasos en dirección a la parte final del muelle, bajo la que se extendía el mar. El otro lo siguió, amenazador, “Usted debe creer que soy un tonto” –dijo. John sonrió un momento al tiempo que ambos llegaban al final del muelle. “Bueno, es que usted actúa como si lo fuera” – respondió simplemente el corsario, al tiempo que con un movimiento relampagueante de sus manos, hacía perder el equilibrio al joven, haciéndolo caer en dirección al mar.

miércoles, septiembre 17, 2003

John continúo su viaje a través de los muelles, a paso veloz. Ya vería ese “Nariz quebrada” lo que le ocurriría por engañarlo. El día comenzó a dar paso a la noche y el ambiente se tiño de tonos rojizos. El “loco” sonrió. “Justo como el cabello del capitán Blood” – se dijo a sí mismo. Un hombre joven paso entonces al lado del pirata, tenía un aire inusual, heroico pudiera haberse dicho. John sólo lo vio como una oportunidad de obtener algún dinero fácil. Comenzó a seguirlo discretamente. Mientras más lo observaba más le daba la impresión de que no se trataba de alguien común y sin embargo esto no le importaba mucho que digamos.

martes, septiembre 16, 2003

V

El Loco John mira con impaciencia a José, quien continúa escribiendo la historia de Gabriel. Kira y Gaspar, ubicados a su izquierda también parecen impacientes.

Loco John- ¡Esta historia es ridícula!, Deja de hacer perder su tiempo a José Juan, Gabriel…

Gabriel se materializa al lado de Juan, visiblemente molesto por el comentario del pirata.

Gabriel- ¡Alguien como tu jamás entenderá, la complejidad de mis historias, tonto bucanero!

Loco John- ¿A si? Te mostrare lo que puedo hacer…

EL Loco John se dirige hacia José Juan lo toca y desaparece.

Gabriel- ¡No te dejare hacer esto!

Gabriel también toca a José Juan y desaparece para seguir al pirata.

Kira- ¡Hey, es mi turno!

Kira vuela hacia José Juan y se posa en su cabeza para luego desaparecer. Gaspar suspira y se desliza hacia el escritor, toca su hombro y como los tres anteriores desaparece. El joven luego de parecer unos momentos confundido, toma una nueva hoja y recomienza su tarea.

Esta vez no coloca ningún título.

domingo, septiembre 14, 2003

Los personajes se sucedían interminables: el sabio Zaratustra, siempre hablando del superhombre, el atormentado Gregorio Samsa, convertido incomprensiblemente en escarabajo. Cada nuevo personaje que se presentaba ante mis ojos me abría un nuevo mundo, el cual nunca había sido capaz de imaginar. Así continúe leyendo hasta que no pude más. Ahora me encontraba exhausto, con los ojos doloridos, sintiendo que mi cabeza estaba a punto de estallar. Sin embargo estaba feliz. Hasta ese momento no había sido capaz de imaginar que existiera un mundo tan maravilloso como el que me habían mostrado aquellos libros. En mi mente agradecí a quien fuera que me hubiera mandado el paquete.

Entonces sucedió. De las penumbras que se encontraban en el lado opuesto de mi cuarto vino un ruido seco. Dejé de ver mis manos y miré en aquella dirección. De las sombras surgió una figura borrosa. Sin saber lo que pasaba continúe observando. La figura continúo avanzando, hasta que casi sin darme cuenta estuvo frente a mí. Era un hombre de unos cuarenta años, tenía una barba negra y larga. En su mano había un largo bastón de madera. Un escalofrío recorrió mi cuerpo antes de que él hablara: - Quiero hablaros del superhombre – dijo llanamente. Froté mis ojos con incredulidad, no podía creer que ante mi se encontraba el mismo Zaratustra.

sábado, septiembre 13, 2003

El Tiempo Transcurrido

Me encontraba solo, pensativo. El tiempo transcurría lento y preciso. La noche parecía interminable. Se extendía en instantes congelados en los que observaba mis manos. Mis ojos me ardían, como si la sangre escurriera de ellos. Sangre ilusoria por supuesto, surgida únicamente de mi propia imaginación alterada. Pensé entonces en lo acaecido esa semana. La llegada del tren, el paquete que me había entregado el viejo mensajero. Nunca había visto tantos libros como cuando lo abrí. Nietzsche, Kafka, Sartre… la sucesión parecía interminable. Un mundo nuevo fue abierto para mí entonces. Desde su llegada no había parado de leer, devorando tomo tras tomo.

viernes, septiembre 12, 2003

IV

José se detiene un momento y comienza a releer la historia que está escribiendo. Parece satisfecho, en esos momentos Gaspar se materializa a su lado y voltea a ver al lado izquierdo de la habitación con molestia.

Gaspar- O no, ¡él no!

Del lado izquierdo entra un hombre de porte arrogante, está completamente vestido de negro y usa una boina en la cabeza. Tiene también una barba de chivo y unos lentes de pequeño diámetro.

Gabriel – Saludos compañeros, veo que siguen haciendo que Gabriel pierda su tiempo con sus obsoletas historias.

Loco John (al lado de Kira y dirigiéndose a ella): Creí que este bufón se había ido de aquí…

Gabriel- ¡No creas que no escuche eso John!, pero no importa, un tipo como tu jamás comprenderá mi genio.

Gabriel se acerca a José Juan, en su camino atraviesa a Gaspar sin darle importancia, luego se coloca al lado del joven escritor y como los otros también desaparece. Juan ya con cara de fastidio por los constantes cambios, toma una hoja y empieza a escribir el nuevo cuento.

“El tiempo transcurrido” es lo primero que escribe

miércoles, septiembre 10, 2003

Sinceramente no me agradaba mucho “Anónimo”. Siempre estaba queriendo llamar la atención de los escasos visitantes del lugar. Hacia ruidos, tiraba piedras, aullaba, en fin hacia todo un teatrito. Yo en cambio permanecía silencioso, grave junto a mi tumba. Esperaba que alguien resolviera por fin el misterio que rodeó a mi muerte para poder de esta forma por fin descansar en paz. Sin embargo el tiempo transcurría y nada pasaba. Nadie parecía interesado en vengar mi muerte. Por eso me quede aquí, imposibilitado para abandonar el plano mortal, ahora completamente solo.

Ciertamente hubiera deseado que el médico brujo me exorcizará a mí, aunque debo confesar que pienso que se trataba de un fraude. Eso de lanzar huevos crudos contra las tumbas y bailar desenfrenadamente no parece ser muy útil para acabar con fantasmas. Sin embargo “Anónimo” si desapareció, aunque ahora que lo pienso debió ser la obra de esa niña. Seguramente, ahora que alguien por fin le hizo caso el tonto espectro por fin podrá gozar del descanso eterno, me pregunto si algún día yo también podré abandonar este sitio maldito, aunque mis esperanzas en ello casi han desaparecido por completo.

martes, septiembre 09, 2003

III

José Juan continúa escribiendo la historia de Kira. De pronto se detiene y deja la hoja sobre la mesa. Kira aparece sobre su cabeza y comienza a volar, parece agotada.

Kira- Uffff, si que es cansado esto de la inspiración.

Loco John- JaJaJa, sabía que no aguantarías mucho.

Gaspar (deslizándose como si flotara)- Creo que ha llegado mi turno…

Gaspar se acerca a José Juan y toca su hombro, para luego desparecer. Como en las veces anteriores el joven toma una hoja nueva y comienza a escribir.

EL titulo de la historia es esta vez “El silencio de la noche”

El silencio de la noche

Todo es silencio en este olvidado cementerio. Mientras la noche transcurre lenta y sinuosa, observo con hastío el escenario nocturno que siempre se me presenta. Hileras de tumbas se extienden inconmensurables en toda dirección, calladas y frías, sin ningún alma que las habite. Creo que soy el único que aún permanece aquí. Solía tener la compañía de un espíritu chocarrero proveniente de un sepulcro sin nombre, pero él ya se ha ido. No estoy seguro cuando ocurrió exactamente, tal vez fue cuando aquella pequeña niña dejó una flor junto a su lápida o posiblemente tuvo que ver el exorcismo realizado por ese extraño médico brujo de Chachalacán. No lo sé y a decir verdad no me importa.

domingo, septiembre 07, 2003

Kira surcaba el cielo estrellado a gran velocidad, dejando una brillante estela a su paso. Ante sus ojos sólo se extendía el caos y la destrucción. La isla entera gemía mientras la oscuridad continuaba expandiéndose. La pequeña hada podía ver como desaparecían bajo su terrible manto, bosques y castillos encantados, lagos maravillosos y montañas sagradas. El balance de Kerea había sido roto y ahora las pesadillas estaban libres para obrar a su antojo. No cabía duda que pronto devorarían no sólo la isla, sino el mundo entero.

Por esta razón, Kira no tenía tiempo que perder. La reina de las hadas le había encomendado una importante misión: encontrar en el mundo mortal a aquél capaz de retornar la paz al afligido reino. Un humano nacido exactamente bajo la conjunción de la constelación de Leo y los planetas marte y mercurio sería el único capaz de realizar tal hazaña. El hada recitó un breve encantamiento, el cual la conduciría al lugar donde se encontraba tal héroe y desapareció del cielo nocturno Kerea. Mientras tanto, la oscuridad continúo avanzando.

viernes, septiembre 05, 2003

II

Kira está observando lo que escribe José Juan con cara de desaprobación. El joven sigue concentrado en su escritura y no parece importarle en lo absoluto la opinión del hada.

Kira- Vaya que John tiene ideas ridículas está historia jamás será un éxito.

El “loco” John se materializa nuevamente al lado de José Juan.

Loco John- ¿Tienes algún problema con mi historia Kira?, tal ves deberías de ser tú la que ayude a José.

Kira (volando a la cabeza de Juan)- Eso es exactamente lo que pienso hacer…

Kira se posa en la cabeza de José Juan y desaparece, éste deja de escribir la historia de John, toma una nueva hoja y escribe un nuevo título

Vientos de Kerea es el título.

VIENTOS DE KEREA

La isla de Kerea es sólo un ensueño para los hombres, el lugar donde confluye todo lo fantástico. Ubicada más allá del horizonte, sólo puede ser alcanzada por los humanos cuando durmiendo apaciblemente, son transportados a este reino eterno poblado de unicornios, hadas, duendes, pegasos y todo aquello que es mágico. Cierto es que Kerea tiene también su parte sombría: en cavernas oscuras y pozos insondables habitan criaturas terribles nacidas de las más puras pesadillas. Sin embargo el visitante no tiene nada que temer, siempre habrá valientes caballeros y héroes legendarios dispuestos a protegerlo en su marcha a través de la isla. Al menos así había sido hasta ahora…

jueves, septiembre 04, 2003

John caminaba despacio, pensativo. Si las cosas seguían como hasta ahora era seguro que nunca más volvería a navegar por el mar. El tiempo no detenía su marcha y él no se hacía más joven por lo que si no conseguía pronto un buque a bordo del cual embarcarse, su sueño de convertirse en un famoso capitán pirata jamás se cumpliría. John se detuvo un momento y contempló el mar que se extendía frente a él, el cual parecía invitarlo a unírsele. El “loco” recordó sus pasadas aventuras a bordo del “Pesadilla” el famoso barco del capitán Blood. Cierto era que el capitán siempre le había parecido demasiado sanguinario y violento, pero a pesar de ello había pasado buenos momentos en su compañía y la del resto de la tripulación.

Todo había terminado sin embargo cuando un cañonazo de la armada real voló en pedazos al capitán y a su barco. John y algunos otros habían logrado escapar de milagro. Desde entonces el “loco” John no había sido sino una sombra de sus pasadas glorias, reducido a vivir en aquella casucha del muelle sin más compañía que sus recuerdos. Sin embargo todo pareció cambiar cuando se encontró con Thomas “nariz quebrada” Smith, otro sobreviviente del “Pesadilla” quien le había informado sobre su intención de reunir una tripulación y reanudar sus viejas andanzas. Al parecer “Nariz quebrada” se había burlado de John, pues nunca llegó a la cita que ambos habían acordado, en la que supuestamente discutirían los pormenores de su nueva empresa.

martes, septiembre 02, 2003

El Viaje de John

John Stevenson se inclinó un poco en su asiento de la vieja taberna. El tiempo continuaba pasando y el “loco” John había empezado a creer que Thomas “nariz quebrada” Smith jamás llegaría. Impaciente, giraba la cabeza en todas direcciones, como si de un momento a otro, su viejo camarada pirata fuera a materializarse junto a él. Sobra decir que esto no ocurrió y rato después, John se encontró a si mismo abandonando “El cofre rojo” en dirección a su “hogar”. Al menos así le llamaba “el loco” a esa vieja casucha cerca del muelle, que para más señas era una pequeña y derruida construcción que daba la impresión de estar a punto de desplomarse.

lunes, septiembre 01, 2003

Loco John- ¡La le lu li lo!

Un hombre comienza a bajar rápidamente por la cuerda, por sus ropas sin duda se trata de un pirata, el cual usa un sombrero raído y un parche en el ojo derecho. Kira y Gaspar lo miran molestos mientras aquél llega por fin al suelo.
Loco John- ¡Vaya que ha sido un viaje largo!

Kira (volando alrededor de John)- Eres un presuntuoso John, ni siquiera tienes un barco.

Loco John (Ignorando a Kira y volteando a ver a Gaspar)- ¡Gaspar, cuanto tiempo sin verte, veo que sigues igual de delgado!

Gaspar- Siempre tan simpático John…

En ese momento el Loco John repara en José Juan y en los papeles que se encuentran en la mesa y comienza a caminar hacia él.

Loco John (colocándose al lado de Juan y dirigiéndole la palabra)- Ya me lo esperaba José, esos poemas son muyyyyy aburridos. Por eso deberías de aceptar mi ayuda…

Loco John se “funde” con José Juan quien de súbito abre los ojos como si hubiera recibido una gran inspiración. Momentos después, saca una pluma de su pantalón y comienza a escribir con premura en una hoja en blanco.

El viaje de John, reza el título.