jueves, septiembre 29, 2005

lunes, septiembre 26, 2005

Luz y Fuego consumen al cuerpo del sueño alado,
caen pétalos de escarcha en su lejana conciencia de tenebrosa marca y neblina,
el viento de las estrellas y las nubes del mar océano fuente de las mil primaveras,
brilla entre luciérnagas y ángeles multicolores y cerezas gravitantes,
es el viento de otoño negro y verde blanquiazul entrecortado,
el viento de los ojos y tus ojos y los ojos del soñador,
dulce esencia invencible de la voluntad y el poder de glorias más allá del cristal nieve cono capturado,
que es tu mirada que me mira y te mira y nos mira en la eternidad de las olas pausas,
que a lo lejos no es más que un jardín de la luna dorada.

miércoles, septiembre 21, 2005

Eterna caída en espirales de nardos celeste rojo, silencio susurrante en el esplendor de cadáveres, en los caminos roídos de las mulas de sangre sueño, donde el viento se mezcla con cenizas dormidas, donde la muerte baila y maúlla y repta en los ojos de ingenuos niñitos profundos de risa al ver, siempre atormentados por arcoiris y sabiduría de cereal enterrada en los mausoleos del fracaso citadel, la podredumbre y la sal en las heridas del mundo que es su esperanza de nieve y luna y alternativa mentira de fatua astucia león, ¡Descansen ya en sus huesos graduados en carmesí! Dejen de estorbar la senda de fuego y cristal y mar que se extiende en la pérdida marca del lago eterno de las almas en sombra.

lunes, septiembre 19, 2005


Tiempo errante,
danzante viajero,
insólito paso,
hacia oculto pasaje,
hacia segundos estériles,
de luna nueva,
que nieva en el horizonte.

Perdida marca,
de ancestral añeja,
de sangre lavada,
de sangre intoxicada,
briosa en luna,
oscura entre cenizas

Sombra de miedo,
inocuo resplandor,
arista de ensueño,
para grietas negras,
para blancos cuervos,
que a la distancia,
son carmesí río.

Ardiente baluarte,
de luz en maché,
de hojaldras al viento.
Olvidada cornisa,
del dolor armado,
de la batalla cruel,
que descansa en mis ojos.

Al final, esto no son más que palabras

jueves, septiembre 15, 2005


La Li Lu Le Lo,
Las campanas de fuego alumbran el canto de los dragones del mar,
ojos esmeralda y espuma dorada en cielos contraste,
hielo que nace de las playas olvidadas,
olas silentes del oceano de cristal oxidado.

Entre nubes encendidas y estrellas fanáticas,
vuelan los dragones del cielo,
surcan la niebla del tiempo heredado,
hacía el olvido y la gloría y las tumbas eternas.

Los dragones de la Tierra caminan en pantanos multicolores,
Patas de enebro y ojos trébol plateado,
Fuerza incógnita de valles tortuosos y dormidos en la mirada,
Donde los sueños del crepúsculo arrullan a los nuevos nacidos.

martes, septiembre 13, 2005


Tortura alegre,
candorosa,
inocente y cruel.
Sonrisa vedada,
espada en mano, dolor en la piel,
en el alma,
que a la distancia,
arde entre cenizas.

Esperanza fatua,
de viejo espejo,
de nostalgia en sueños,
de lagrimas vedadas,
olvidadas,
entre pesadilla,
entre espinas.

Muerte susurra,
en gloriosos palacios,
baile afrodisiaco y carnal,
lema de sangre,
resurrección en oro,
destruye a la aurora negra,
del corazón del angel perdido.

Corazón ausente,
blanco e hipócrita,
sombra confusa de suave ventisca,
aromática esencia,
de ríos olvidados,
de cascadas cambiantes,
presas en la mirada