lunes, septiembre 19, 2005


Tiempo errante,
danzante viajero,
insólito paso,
hacia oculto pasaje,
hacia segundos estériles,
de luna nueva,
que nieva en el horizonte.

Perdida marca,
de ancestral añeja,
de sangre lavada,
de sangre intoxicada,
briosa en luna,
oscura entre cenizas

Sombra de miedo,
inocuo resplandor,
arista de ensueño,
para grietas negras,
para blancos cuervos,
que a la distancia,
son carmesí río.

Ardiente baluarte,
de luz en maché,
de hojaldras al viento.
Olvidada cornisa,
del dolor armado,
de la batalla cruel,
que descansa en mis ojos.

Al final, esto no son más que palabras

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