martes, abril 25, 2006

Los diez corazones de la marca,
Se pierden en el polvo silente,
el cristal y el oro refulgen en sus ojos,
mientras caen en la eterna espiral del olvido en luna.

¿Dónde están los sueños adolescentes?
¿Dónde el bosque en el que juré amor eterno?
La conciencia de fuego brilla en la noche en lluvia plenilunio.

De la espada del Cid y el escudo de Perseo héroe ,
del nenúfar hado destino sin sentido ocaso
y de la magra experiencia que es no ser Leonidas monarca,
surge un lamento de llamas y hielo pérfido,
surge el sentido pardo de haberme alejado en contienda contra molino bajo.

Arturo cae,
El vengador de Roldán cae;
junto a Robin, su rey de león corazón y el astuto Odiseo,
Se pierden en la mar cristal de un sueño.
El viento gira y húmedo embelesa,
Cuando el hijo de dioses, domador de titanes,
Se pierde en la divina esencia de lo que ya no es,
A la distancia Héctor, domador de tormentas,
Atraviesa el espejo que esconde una lagrima.

Ya no son,
Ya no serán,
En este mundo vacío,
De tiranos y cobardes y necios,
los diez corazones de la marca,
se pierden en el polvo silente.

viernes, abril 21, 2006

LA TRAICIÓN DEL VALLE DE PLATA

Te traicioné una vez,
te enterré con tu voz y tu sonrisa,
en un valle de guirnaldas y arena y mentiras,
por temor a tus labios y a tus ojos y a tus sueños,
por temor y cobardía y necedad.

Te encontré muchas lunas ensoñadas después,
en caminos azules y plateados y mecidos por el viento,
pero ya no me mirabas,
y yo aún era un cobarde.

Te alejaste con la brisa oscura,
a caminos profundos y rodeada de falsos ídolos,
y te olvidé y me olvidaste,
te dejé caer en la mentira y en las sombras de los otros,
y ya no fuiste tú.

Una única persona cuidó mi corazón,
y yo la abandoné,
y yo no la salvé,
ahora ya no existe más, aunque está frente de mí,
nuevos enemigos seremos pues,
en el valle olvidado por la lluvia.

domingo, abril 09, 2006

Espada Rota

La espada rota que escribió historia,
reposa ahora en el lago sin nombre,
dormida entre las luciérnagas y los vientos de Mayo,
yaciendo por siempre junto al espíritu de un héroe amado.

La mano que empuñó la espada,
forjó una nación y sus sueños,
no con odio, no con sombras,
sólo con pasión, sólo con esperanza.

El corazón que guió a la mano,
fue escritura y fuego y verdad,
una luz de caminos eternos,
alumbrando por siempre su tierra venerada.

El guerrero que poseyó el corazón,
amó la pálida nieve,
amó la paz y su hogar,
y en su tierra antigua,
arrullado por suaves lagrimas de cristal,
descansará por siempre,
aquél que deseaba abandonar la espada,
para volver por fin a casa.