viernes, diciembre 15, 2006

La Li Lu Le Lo

La Li Lu Le Lo,
Las campanas de fuego alumbran el vuelo de los dragones del mar,
ojos esmeralda y espuma dorada en cielos contraste,
el hielo que nace de las playas olvidadas,
olas silentes del océano de cristal oxidado.
Entre nubes encendidas y estrellas fanáticas,
vuelan los dragones del cielo,
surcan la niebla del tiempo heredado,
hacía el olvido y la gloría y las tumbas eternas.
Los dragones de la Tierra caminan en pantanos multicolores,
Patas de enebro y ojos trébol plateado,
Fuerza incógnita de valles tortuosos y dormidos en la mirada,
Donde los sueños del crepúsculo arrullan a los nuevos nacidos.

miércoles, septiembre 13, 2006

La sangre del navegante,
que viaja entre luces nova terra muerta,
entre esperanzas fatuas y fuego de mil lágrimas,
nunca se detiene, nunca nunca nunca.

Muera el olvido y la mar y los sueños en par,
cercenen la cabeza de gladiadores grandilocuentes;
odio y soledad en esferas de cristal,
ya no queda luna ni acero ni honor.

Te busqué y lloré lágrimas vaciadas de sentido,
y no importa a donde vaya y no importa adonde miré
ya no queda nada
más que la senda olvidada.

martes, abril 25, 2006

Los diez corazones de la marca,
Se pierden en el polvo silente,
el cristal y el oro refulgen en sus ojos,
mientras caen en la eterna espiral del olvido en luna.

¿Dónde están los sueños adolescentes?
¿Dónde el bosque en el que juré amor eterno?
La conciencia de fuego brilla en la noche en lluvia plenilunio.

De la espada del Cid y el escudo de Perseo héroe ,
del nenúfar hado destino sin sentido ocaso
y de la magra experiencia que es no ser Leonidas monarca,
surge un lamento de llamas y hielo pérfido,
surge el sentido pardo de haberme alejado en contienda contra molino bajo.

Arturo cae,
El vengador de Roldán cae;
junto a Robin, su rey de león corazón y el astuto Odiseo,
Se pierden en la mar cristal de un sueño.
El viento gira y húmedo embelesa,
Cuando el hijo de dioses, domador de titanes,
Se pierde en la divina esencia de lo que ya no es,
A la distancia Héctor, domador de tormentas,
Atraviesa el espejo que esconde una lagrima.

Ya no son,
Ya no serán,
En este mundo vacío,
De tiranos y cobardes y necios,
los diez corazones de la marca,
se pierden en el polvo silente.

viernes, abril 21, 2006

LA TRAICIÓN DEL VALLE DE PLATA

Te traicioné una vez,
te enterré con tu voz y tu sonrisa,
en un valle de guirnaldas y arena y mentiras,
por temor a tus labios y a tus ojos y a tus sueños,
por temor y cobardía y necedad.

Te encontré muchas lunas ensoñadas después,
en caminos azules y plateados y mecidos por el viento,
pero ya no me mirabas,
y yo aún era un cobarde.

Te alejaste con la brisa oscura,
a caminos profundos y rodeada de falsos ídolos,
y te olvidé y me olvidaste,
te dejé caer en la mentira y en las sombras de los otros,
y ya no fuiste tú.

Una única persona cuidó mi corazón,
y yo la abandoné,
y yo no la salvé,
ahora ya no existe más, aunque está frente de mí,
nuevos enemigos seremos pues,
en el valle olvidado por la lluvia.

domingo, abril 09, 2006

Espada Rota

La espada rota que escribió historia,
reposa ahora en el lago sin nombre,
dormida entre las luciérnagas y los vientos de Mayo,
yaciendo por siempre junto al espíritu de un héroe amado.

La mano que empuñó la espada,
forjó una nación y sus sueños,
no con odio, no con sombras,
sólo con pasión, sólo con esperanza.

El corazón que guió a la mano,
fue escritura y fuego y verdad,
una luz de caminos eternos,
alumbrando por siempre su tierra venerada.

El guerrero que poseyó el corazón,
amó la pálida nieve,
amó la paz y su hogar,
y en su tierra antigua,
arrullado por suaves lagrimas de cristal,
descansará por siempre,
aquél que deseaba abandonar la espada,
para volver por fin a casa.

miércoles, marzo 15, 2006

FALSO PROMETEO

La sangre del muerto que escurre por mis labios,
los huesos condenados que corren por mis venas,
las espinas de incienso que arranqué con tus uñas,
la mezcla cortante de los cadáveres de Rodas,
se funden todos ellos sobre la existencia fatua.

¡Que venga la noche de luna muerta!
¡Que venga el fuego de Hades piamonte!
¡Muera el sueño y el ocre valle del viento!
Ya no queda nada y nada y nada.

Donde no queda más que tu ojo en mis manos,
nunca exististe más que en mis recuerdos,
fuiste lodo que ninguna mano modelo,
mi sueño ideal, mi esperanza ideal,
una moderna Eva,
que jamás nacerá,
y a la que siempre esperará,
este falso Prometeo.

viernes, febrero 10, 2006

Tu Mañana en Primavera

El viento de enero escapa entre mis manos,
junto al corazón del árbol de la leyenda y fuego,
la luna que alumbra el crepúsculo eterno,
se mezcla con el inmenso mar contenido en una lágrima.

¿A dónde viajará el viento, ahora que yo he perdido mis alas?
¿Cómo protegeré tus ojos otoño, cuando están ocultos en los valles celestes?
¡Venga la escarcha y la llama supremas!,
Incendios agrestes que nacen de un campo nevado.
Formen nuevas alas,
ardientes, quemantes, junto a mi alma colapsada.

Cuando el dolor y la furia son la respuesta,
no seré derrotado por las sombras desérticas y los falsos profetas,
me elevaré en un circulo de luz y hojas renacientes,
buscando por siempre la llave dormida que conduzca al fin,
al brillo de tu mañana en primavera.

miércoles, enero 25, 2006

Sueños Vacíos

Viajo con los gnomos,
con la conciencia errada de tu carne y tu anhelo,
hace años de plata y ceniza y muerte y nova luz que no te sueño,
ni aún en el lugar donde Saikato se funde con el cielo de las nieves,
ni aún donde el dragón antiguo baila con el hada luna.

Entre las sombras de Monsieur y Madame Richelieu te conocí una vez,
cuando tome tu esencia del valle de la libera ragazza,
donde los faunos cantan aún a la sagrada diosa enterrada,
donde tu corazón halló reposo en una noche de tormenta.

Ahora que esos sueños parecen tan distantes,
vuelvo a toparme con el valle encantado,
mas tu no estás ya aquí,
haz viajado lejos,
a un lugar donde incluso Orfeo no podría alcanzarte.
Oniwabanshu - Kyoto Tansakugata

Por las palabras que nunca dijimos a pesar de tanto desearlo,
Por las personas que olvidamos,
Por el valor perdido en el momento menos indicado,
Por la fortaleza surgida cuando menos se esperaba,
Por los sueños desaparecidos y los recien surgidos,
Por las esperanzas encontradas y aquéllas convertidas en cenizas,
El final de una era,
El nacimiento de un camino,
Oniwabanshu - Kyoto Tansakugata

jueves, enero 19, 2006

La marca del muerto,
tu sangre que se mezcla con mi sangre y con la sangre del estigma de rosas,
viento y humedad de tus labios,
fuego y olvido de mis ojos,
uno y dos, dos y cero,
el fin de un blanco mar
en la cósmica cadencia de la nada.
Tu y Yo,
olvidados entre puertas de espinas.

martes, enero 17, 2006

EXT. CALLEJÓN EN PENUMBRAS ---- OCASO

Un hombre camina dando tumbos por el callejón, en su mano izquierda lleva un hacha de cuyo filo escurre un liquido rojo y espeso.


K
(voz en off)
Nunca puedo escapar de esta canción

Frente a K aparece una mujer gritando como enloquecida, el hombre la ignora y pasa junto a ella como si nada. La mujer sigue a K con la mirada mientras éste se aleja por el callejón.

K
(voz en off)
El fin del mundo...el inicio del mundo

K continúa avanzando, aún con el grito de la mujer como fondo. Observa el final del callejón, una luz brillante. Mientras continúa avanzando tres vagabundos pueden verse sentados a unos pasos de él. Parecen totalmente desconectados del mundo, hablando palabras incoherentes y repetitivas. K los ignora también, su vista fija en el final del callejón, por fin llega hasta ese lugar.

Mientras K llega al final del callejón una escena IMPACTANTE se revela, una ciudad en ruinas, bañada de fuego. En el centro del lugar una gran luz parece surgir del cielo. A su alrededor una especie de seres brillantes giran sin aparente control.

K
(voz en off)
No es su momento aún…

K levanta el hacha, colocándola en su hombro, acto seguido comienza a caminar en dirección a la luz

jueves, enero 12, 2006

REUNIÓN CELESTIAL

Osiris llegó tarde como acostumbraba. Esta vez la excusa era que, luego de ser desmembrado como era tradición, uno de sus brazos fue tragado por un cocodrilo. Según él, había pasado los últimos quinientos años abriendo los estómagos de incontables docenas de estos reptiles, hasta que por fin lo encontró. Los demás dioses, acostumbrados a sus historias de desmembramientos y órganos extraviados no dijeron nada. Con su llegada, la “Cumbre Suprema de los Dioses” numero tres millones y siete, celebrada esta vez en el palacio dorado de la paradisíaca ciudad oculta de Lemuria, ya podía comenzar. Esta vez se tratarían temas importantes como la paz del mundo, la salvación de los hombres y la erradicación de los males que hasta entonces agobiaban a la tierra.

Los dioses entraron al palacio. Todos se dirigieron a tomar asiento en el consejo divino, una mesa ovalada rodeada de tronos situada en la estancia principal. Antes de que pudieran sentarse a deliberar, comenzó una de las ya clásicas peleas por los lugares: Zeus y Thor discutían acaloradamente sobre cual de ellos debía sentarse en el sitial destinado al supremo dios del rayo. Como siempre en estos casos, el asunto degeneró en una pelea de proporciones celestes. Esta vez fueron rayos y descargas los que surcaban el lugar. Otras veces se había tratado de maremotos, flechas, fuego o incluso, si Osiris llegaba a tomar parte en la pelea, brazos ensangrentados.

Los dioses menores buscaron refugio inmediatamente. Eran demasiado débiles para resistir uno de aquellos rayos. Los arranques de cólera de los dioses supremos siempre terminaban por acabar con un par de ellos. Esta vez no fue la excepción. Mientras huía a esconderse, Pastelium, dios protector de los pasteleros en la ciudad de Florencia, fue freído por un relámpago. Ese día los pasteles de la ciudad italiana se volvieron amargos. Lejos de apaciguar el conflicto, este accidente lo intensificó: Pastelium era primo tercero de la madre del abuelo de un tío segundo de Susanoo, el dios japonés de las tempestades.

Queriendo vengar la afrenta a su familia, éste se unió a la pelea. Sin embargo, estaba completamente ebrio, luego de haber bebido en compañía de Dionisio. Esto ocasionó que con su katana mágica, Kusanagi, cortara accidentalmente las barbas de Marduk, el supremo dios solar babilónico. Lo que siguió fue una reacción en cadena: Marduk quemó por error a Tlaloc, éste provocó un Maremoto que golpeó a Vishnu, Astarté y Shen Nong. Pronto, incluso las piernas de Osiris cruzaban el recinto, golpeando la cabeza de algún dios distraído.

Luego de 247 años, incluso los dioses de la guerra se cansaron de pelear. Todos deseaban regresar a sus hogares. El palacio dorado quedó en ruinas, como ya había ocurrido con otras construcciones tres millones y seis veces antes. Otra cumbre suprema fracasó. Varios dioses menores estaban heridos o reducidos a polvo. Fue necesario repartir entre los presentes las funciones vacantes: Huitzilopochtli fue nombrado nuevo dios de los pasteleros florentinos; Odin se convirtió en protector de los domadores de elefantes en Bangladesh; Atenea en patrona de los fuegos artificiales de Hong Kong.

Una vez establecidas las nuevas funciones, los dioses decidieron retirarse. Se fijó una nueva cumbre a celebrarse en 200 años. Estaban seguros que los temas pendientes serían resueltos por fin en ella. Los diversos panteones comenzaron a retirarse. Al final sólo los dioses egipcios se quedaron. Se dedicaban a remover con premura los escombros del palacio. Osiris había perdido una de de sus piernas.