viernes, agosto 19, 2005

El viento de otoño canta en la aurora nevada,
las hojas serenas bailan en circulos de fuego,
aquí y alla,
en las sombras aún durmientes en la luna rugiente,
nacen petalos, espinas y cristales dorados.

El cielo gana claridades de recuerdo crepúsculo,
mientras las aves surcan vuelos celestes en el mar del oeste,
el carmesí resplandor nace del suelo enjoyado y de los arboles zafiro,
una gota de rocío cantado repica en las flautas olvidadas de los angeles,
aquí y alla,
mueren noches, guirnaldas enjoyadas y misterios de plata.

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