miércoles, septiembre 17, 2003
John continúo su viaje a través de los muelles, a paso veloz. Ya vería ese “Nariz quebrada” lo que le ocurriría por engañarlo. El día comenzó a dar paso a la noche y el ambiente se tiño de tonos rojizos. El “loco” sonrió. “Justo como el cabello del capitán Blood” – se dijo a sí mismo. Un hombre joven paso entonces al lado del pirata, tenía un aire inusual, heroico pudiera haberse dicho. John sólo lo vio como una oportunidad de obtener algún dinero fácil. Comenzó a seguirlo discretamente. Mientras más lo observaba más le daba la impresión de que no se trataba de alguien común y sin embargo esto no le importaba mucho que digamos.
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