sábado, septiembre 20, 2003
El joven partió la superficie del agua con un gran chapoteo. John dio media vuelta y se arregló la camisa, al tiempo que se disponía a retirarse. Dada la altura del muelle, aquél tipejo no podría salir a tiempo para encontrarlo. Justo en ese momento, una gran luz rodeó al pirata, al tiempo que una pequeña mujer alada aparecía frente a él. Sorprendido por la aparición, el “loco” maldijo “el cofre rojo” y a sus bebidas de baja calidad. No era la primera vez que tenía una alucinación por su culpa. La pequeña criatura lo miró unos momentos sin decir palabra. El bucanero pensó que se trataba de la alucinación más aburrida que había tenido hasta el momento.
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