viernes, octubre 31, 2003

Entonces sentí un viento frío y mucho miedo y me dieron ganas de llorar porque sentí muy claro como la oscuridad llegaba a nosotros porque quería lastimarnos y a lo mejor comernos o que sé yo con la oscuridad nunca se puede saber de tan malvada que es y entonces la luna desapareció del cielo y las estrellas tan bonitas también y nos quedamos en la oscuridad y me puse a temblar mucho porque no podía ver nada y había aullidos en el aire y cuando iba a empezar a llorar una lucecita apareció frente a mí y fue creciendo y creciendo hasta que pude ver que se trataba de una espada que sostenía el atractivo joven Aquiles y entonces ya no tuve tanto miedo porque incluso en Kerea hemos oído de sus hazañas aunque yo creía que se había ido al mundo de la felicidad donde todos viven siempre bailando la danza de las luces y tomando mucho Cempa pero al parecer estaba equivocada porque aquí estaba y venía a ayudarme a mí y al héroe y entonces miré al Héroe y un fuego brillaba en sus ojos porque seguramente esta pensando en tener una gran batalla épica con la oscuridad que se acercaba y entonces sonreí porque por fin vería pelear al gran héroe de la leyenda

miércoles, octubre 29, 2003

El divino Aquiles continuó avanzando hacía ustedes, clap, clap, sus sandalias resonando en las piedras vivas de mi hogar de huesos. Lo miré más a fondo: era él sin duda, un hombre al que nunca había visto y sin embargo conocía. Ustedes aún no lo saben pero la muerte abre los velos del tiempo y la eternidad; aquellos que hemos abandonado los templos de carne nos conocemos todos, hijos ya del mundo que será. El hijo de Tetis siguió caminando y se detuvo frente a ti, hombre barbudo, observando aún al hombre antiguo. “No escuches sus palabras descendiente de héroes” te dijo. El hombre antiguo por su parte permanecía en silencio, observando atentamente la escena que se desarrollaba ante él. Fue entonces cuando lo oí. Grrrrrrrrr graaaaa gruuuu ssss un gruñido seco, casi desértico, resonó en la noche. La sombra había llegado hasta nosotros.

lunes, octubre 27, 2003

He decidido intervenir en esta historia. Después de todo se trata de mi vida. Déjenme presentarme: Mi nombre es John Stevenson III. Hasta el momento todo lo que han sabido de mí, lo han leído por la pluma de mi tonto biógrafo, Guglielmo. Así es, se trata de aquél pequeño hombrecito calvo que se oculta tras esas tumbas, pluma y papel en mano; si han sido observadores habrán podido verlo a lo largo de esta historia, siempre oculto en algún rincón oscuro. El problema radica en que Guglielmo es un hombre de poco entendimiento, un necio completo: Insiste en predecir cuales son mis pensamientos y deseos basándose simplemente en suposiciones que relaciona con mis acciones.

Pues bien no perdamos más el tiempo con él, pues es menester aclarar ciertos aspectos de mi persona. En primer lugar nunca bebo alcohol, esto lo ha inventado el insensato basándose en la típica imagen de los piratas. En segundo lugar al contrario de las narraciones que Guglielmo les ha participado, no pensaba que toda la situación en la que me encontraba era sólo un sueño; después de todo uno debe ser un verdadero orate para confundir la realidad con el nebuloso mundo de las ensoñaciones nocturnas. Habrán ahora surgido muchas preguntas en su interior: si sabía que no era un sueño, mis deseos de hacer aparecer nativas sensuales, de hacer crecer al hada para pasar un buen rato, la razón de mi risa ante la llegada de Zaratustra, probablemente no eran verdad, sino un simple invento de Guglielmo. Tienen razón en esto.

Querrán saber entonces que es lo que pensaba en esos momentos, las razones de mis acciones y palabras. Sin embargo no pienso decírselos, estén seguros que todo ello no es tan importante como se lo imaginan y se decepcionarían si se los revelara. Prosigamos mejor con la historia que nos ocupa, pues de ahora en adelante, seré yo y no el tonto Guglielmo, quien les narrará los eventos que se sucedían a mi alrededor. En lo que respecta a mi biógrafo, puede hacer lo que le plazca, estoy seguro que habrá más de un tonto que acepte entusiasmado a un hombre que haga el recuento de su vida, sin saber que éste lo convertirá para la posteridad en un ebrio, un estúpido o quizá algo peor.

sábado, octubre 25, 2003

Continué mirando al hombre barbudo. Sonrió entonces. Una extraña fuerza se escondía en él. Tuve miedo. Tuve también esperanza. Entonces la plata cortó el aire. “Aléjate de ellos, hijo de la mentira”. Las palabras resonaron en mi mente. Eternas. Venidas de los cielos subterráneos. Olía a rosas, helechos y fuego. Olía a valor de sangre y a ojos refulgentes. Miré a un joven de cabellos ardientes, quemantes, abrasadores. Miraba al maestro con rabia oculta en sus ojos. La duda nació entonces en mí. El maestro fue entonces sólo Zaratustra. Zaratustra era un hombre. El joven parecía un dios. ¿Acaso no me había sido dicho que Dios había muerto? Temblé entonces sin saber que hacer. Mis piernas se volvieron lechosas y suaves. Todo pareció comenzar a girar. La confusión crecía como una bestia iridiscente.

viernes, octubre 24, 2003

Entonces mientras reíamos felices llegó otro hombre con nosotros y estaba vestido todo de negro y era muy blanco y pensé que tal vez era uno de esos fantasmas llorones que rondan los campos de muertos de vez en vez pero el héroe lo miró un momento con gran valor y el hombre fantasma se detuvo en seco al sentir el gran poder y la gran valentía del héroe y entonces mientras el héroe lo observaba se escuchó una voz muy bonita llena de plata como la de todos aquellos grandes guerreros que habitaban en Kerea y yo me puse a recordar los valles y los bosques y las montañas que hay allí y me sentí muy feliz tan feliz que no puse atención a lo que decía la voz pero yo creo que saludaba al héroe y a sus amigos y entonces apareció ante nosotros un joven que parecía uno de esos dioses que he visto en estatuas que están en los diferentes pueblos de gente buena de mi isla y me sentí muy alegre porque no me cabía duda que un dios había bajado de los cielos para ayudarnos contra la oscuridad y entonces en el viento de la noche escuche un nombre que comenzaron a cantar los espíritus de la tierra todos y los espíritus decían con sus dulces voces Aquiles y Aquiles era quien caminaba entre nosotros

jueves, octubre 23, 2003

La comedia continuó. Luego de que John comenzara a reír, la pequeña mujer hizo lo propio. Un nuevo bufón entró en escena en ese momento. Se trataba de un hombre extraño, pálido, vestido de negro y con un raro sombrero. Sus botas causaban un profundo eco en todo el lugar. Cuando se acercó lo suficiente, el “loco” lo miró unos segundos con interés. Se encontraba sorprendido de que en sus sueños se ocultaran tan peculiares personajes. Al sentirse observado el hombre aquél se detuvo en seco. El pirata se sonrió al darse cuenta que aún conservaba algo de esa personalidad que lo había convertido en un arrojado bucanero. Sin embargo casi al momento reflexionó que al no ser aquello más que un sueño, lo anterior no eran más que recuerdos extintos de sus pasadas glorias. Una clara voz interrumpió entonces los pensamientos del filibustero: “Aléjate de ellos, hijo de la mentira” dijo ésta y las palabras resonaron en John como una campana plateada en un día de primavera. Cerca de él, salido de sabía Dios donde, se encontraba un hombre joven, de cabellos dorados y figura clásica. Miraba al hombre antiguo con un semblante de pocos amigos.

martes, octubre 21, 2003

Entonces el cielo comenzó a hacer ruido y me asusté mucho porque creí que la oscuridad nos había encontrado pero era mentira porque cuando volteé había en la luna un animal muy bonito de muchas patas que volaba feliz y arriba de él había un señor extraño que se nos acercó rápido y cuando estuvo cerca se bajó despacio y dijo muy serio que nos quería hablar de superhombre y entonces el héroe se comenzó a reír muy fuerte y alegre porque seguro superhombre era amigo suyo y le había dado alegría recordarlo y es que todo los héroes siempre son grandes amigos porque pelean juntos en batallas legendarias y luego se divierten recordando sus hazañas en fiestas de héroes o al menos yo me lo imagino así porque nunca me han invitado a una pero a pesar de esto me dio mucha alegría que el hombre raro le viniera a hablar al héroe barbudo de su viejo amigo superhombre del que he oído que puede volar pero no como yo porque él no usa alas sino un bonito trapo rojo que seguro es mágico y además puede lanzar rayos de los ojos y dicen que es tan fuerte como uno de esos gigantes de los bosques azules y entonces me reí también muy feliz por el héroe que recordaba a su buen amigo

viernes, octubre 17, 2003

El hombre antiguo se acercó a ustedes, proveniente de un escarabajo ssssssssssssss. “Quiero hablaros del superhombre” fueron sus palabras y ante ellas comenzaron a reír. No entendí que les divertía tanto de aquél hombre pero reí también. Mi risa se extendió por el lugar como el flujo secreto de un lago hacía mucho olvidado. Nadie me escuchó pues permanecía aún en las nieblas de la vida y la muerte. Toc toc toc unos pasos me distrajeron entonces: un hombre se acercaba a paso veloz al lugar donde se encontraban ustedes. Parecía molesto pero al mirar tus ojos, hombre barbudo, se detuvo en seco. Yo también los miré. Había una cualidad, una esencia inexplicable y desbordada que surgía de ellos.

Un sonido me distrajo entonces, Crak crok crrrr. La puerta del Hades se abrió ante mis ojos, a unos pasos de la tumba del soldado sin nombre. Creí que había llegado el momento de partir. Me equivocaba. La puerta no era una ida sino un regreso. En el umbral apareció una figura tiempo atrás soñada, un héroe de lunas ya extintas. El divino Aquiles volvió a caminar en el mundo de carne. Surgiendo de la muerte, el hijo de Tetis se dirigió con paso decidido a donde se encontraban ustedes. Olía a campos elíseos, a flores olvidadas y cielos que brillaban bajo tierra. “Aléjate de ellos, hijo de la mentira” dijo entonces con su argenta voz mirando terriblemente al hombre antiguo.

miércoles, octubre 15, 2003

Tras unos momentos de meditación, el “loco” decidió por fin preguntar a la pequeña mujer si podía crecer ya que, después de todo, los sueños suelen ser caprichosos y es necesario seguirles en parte la corriente. Así lo hizo, pero para su desgracia, la respuesta de aquélla fue interrumpida por un fuerte zumbido en el cielo. John miró hacia arriba, al lugar de donde provenía y se encontró con la silueta oscura de un hombre montado sobre un bulto, cruzando la luna llena. La figura se acercó velozmente, hasta que el bucanero fue capaz de distinguirla: Se trataba de un hombre de unos cuarenta años, tenía una barba negra y larga. En su mano había un largo bastón de madera. Todo su porte era antiguo. El bulto que montaba era en realidad un insecto, un escarabajo a juicio del pirata.

John apretó los dientes, furioso. Al parecer sus sueños se negaban rotundamente a seguir sus deseos y a juzgar por este nuevo personaje, harían cualquier cosa para impedir que se divirtiera. Aguardó en silencio, al tiempo que el hombre y su insecto se acercaban más y más. Pronto el escarabajo tocó suelo, a una corta distancia de donde se encontraba el filibustero y su acompañante voladora. El hombre antiguo bajó entonces con lentitud de su montura y con esta misma calma se encaminó con solemnidad hacía el “loco”. Cuando estuvo a un par de pasos del corsario, quebró el silencio del cementerio con su voz grave y profunda: “Quiero hablaros del superhombre” dijo. John no pudo menos que reír estrepitosamente ante estas palabras. Su furia había desparecido; todo su sueño parecía un mal chiste, una comedia barata como las que tantas veces había visto en los días de fiesta del puerto.

martes, octubre 14, 2003

Llegué pronto. Al oscuro valle de muertos. Ya todos estaban allí. Había seguido al antiguo maestro. A través de valles y ríos. A través del tiempo y la muerte. Llegué pero él llegó antes. Cuando alcance las tumbas, los que allí estaban lo observaban. Bajó lentamente del escarabajo. Aún a la distancia en la que me encontraba pude oír su voz. Sus palabras fueran las mismas que me habían hecho seguirlo. “Quiero hablaros del superhombre” dijo nuevamente. Su voz resonó como un trueno en la noche ociosa… Y entonces el hombre que ante él se encontraba se rió de Zaratustra. La pequeña mujer alada hizo lo mismo. No pude evitar mi ira ante semejante insulto. Aceleré el paso, dispuesto a tomar venganza. El ruido de mis botas resonó seco y resquebrajado. El barbudo vagabundo se percató de mi presencia y me miró. Sus ojos desprendían un brillo extraño. Mi odio se esfumó con su simple mirada. Había algo raro en ellos. Un secreto a voces. Algo que aún no podía entender. Comprendí entonces por que el maestro deseaba guiarlo por el camino del superhombre.

sábado, octubre 11, 2003

Ululululu, el viejo búho continúo haciendo ruido, mientras ustedes se mostraban aún alterados por estar en aquél cementerio. Recuerdo que te sentaste en el frió piso mientras que tú continuabas volando arriba, chuchuchuchuchu. Pasó un rato sin que dijeran o hicieran nada. No sé en que pensaban pero el sonido del silencio cubrió el lugar. El tiempo transcurrió con velos de viento y de pronto, hombre barbudo quebraste el silencio con el sonido de tu vientre. Querías saber si la pequeña podía crecer por motivos que en ese momento se deslizaron fuera de mi conciencia. No sé que irías a responder tú, la de las divinas alas, pero la situación se interrumpió con algo tan inusual como su irrupción en el ruidoso campo de reposo. Recortado bajo la luna, en el cielo rodeado de flores, surgió usted, como de un sueño en el mar, un hombre antiguo, transportado en la espalda de un insecto en vuelo añejo.

viernes, octubre 10, 2003

Entonces el héroe se sentó en el suelo del lugar de muertos y cerró los ojos porque seguro a él no le dan miedo los muertos y parecía que meditaba seguramente sobre cosas heroicas de esas que sólo los valientes como él piensan y entonces se me empezó a quitar el miedo porque parecía muy tranquilo y calmado y pensé que seguramente era un héroe muy valiente y poderoso tal vez de esos que lanzan rayos por las manos como aquél que conocí la vez que volaba sobre el valle de Ahlan y que vi peleando con monstruos lanzando unas luces muy bonitas de las manos y me quede viéndolo porque eran de todos colores y parecían arcoiris y los arcoiris me gustan mucho porque siempre hay muchos duendes mágicos en ellos y son mis amigos y juntos bailamos muy felices y entonces al pensar esto se me quito el miedo y me sentí muy contenta y continué viendo al héroe barbudo que ya había abierto lo ojos y me veía pensativo porque se preguntaba si yo era tan valiente como él y podría ayudarle en su misión porque eso siempre piensan los grandes héroes con misión sobre quien les podrá ayudar a vencer al mal y por eso yo creo que comenzó a preguntarme en ese momento si yo podía crecer porque seguramente se dio cuenta que soy muy pequeña y así no puedo ayudarle mucho a combatir a la oscuridad que es muy mala y se necesita ser grande para destruirla

martes, octubre 07, 2003

Decidido a lograr sus objetivos, el “loco” se sentó en el frió suelo sepulcral. No planeaba moverse un centímetro hasta que las hermosas nativas irrumpieran en sus sueños. Cerró los ojos y comenzó a pensar con fiereza en ello. Estaba seguro que si lo deseaba lo suficiente, pronto estarían junto a él. De cuando en cuando, habría brevemente los ojos para ver si no se encontraban ya junto a él, llevándose siempre la misma decepción: la única mujer que se hallaba a su alrededor era aquel ser diminuto y volador, que revoloteaba allá arriba, temiendo sabía Dios que. Cierto era que la pequeña no estaba del todo mal, según había observado el pirata la primera vez que la viera. Sin embargo su tamaño imponía grandes limitaciones que John era incapaz de sortear… a menos tal vez, que el se encogiera o la extraña chica creciera. Esta nueva idea sacó una sonrisa al bucanero; estaba haciendo todo mal. No tenía que pensar en nativas cuando se encontraba ahí aquella mujer. Lo único que tenía que hacer era pensar que crecía para divertirse en grande con ella.

jueves, octubre 02, 2003

El hechizo se acabó y la luz se fue y aparecimos en un lugar muy feo y oscuro porque había muchas piedras frías y sentía como que olía mucho a muerto y es que a mí no me gusta nada eso de los muertos porque son muy malos y luego les gusta levantarse e ir a atacar a la gente y la gente grita que vienen los Zombis y corren asustados y luego tiene que venir un gran héroe a partirlos por la mitad con una gran espada para que se estén tranquilos porque si no lo hacen se la pasan haciendo destrozos y queriendo comerse a la gente ya que son muy maleducados y nadie les ha dicho que está mal hacer esas cosas por eso me asusté mucho cuando llegamos a ese lugar por miedo a que salieran Zombis y volé alto muy arriba de la cabeza del héroe barbudo porque él seguramente me puede proteger aunque no tenga ninguna gran espada ya que sin duda es muy valiente y espero que me proteja porque si no esos muertos despiertos me van a querer comer y eso va a ser muy feo como la vez que ese pájaro de colores me quiso comer pensando que era yo un insecto o no se que y tuvo que llegar mi amigo Soul para ayudarme o hubiera acabado en el estomago del pájaro y allí adentro me hubiera aburrido mucho porque no debe haber mucho que hacer en el estomago de un pájaro brillante